Antiguos indios de Nuevo México sobrevivieron a las sequías en tubos de lava

Por 19/11/2020 Portal

El actual oeste de Nuevo México acogió durante más de 10.000 años unas sociedades complejas que sobresalían por su arquitectura sólida de adobe y roca y su capacidad para instaurar unos incipientes sistemas económicos y políticos. Pero a pesar de esas no era fácil salir adelante en un paisaje árido y desértico, justamente llamado El Malpaís por los exploradores españoles que llegarían más tarde. Los indios Pueblo, como se conoce a estos nativos ancestrales, demostraron un increíble ingenio para sobrevivir. Un equipo internacional de investigadores, dirigido por la Universidad del Sur de Florida (EE.UU.), ha descubierto que sus habitantes cruzaron tubos de lava subterráneos hasta las profundidades de las cuevas, donde derritían el hielo con fogatas con el fin de abastecerse de agua potable o realizar rituales religiosos.

Según publican en la revista «Scientific Reports», los científicos llegaron a esta conclusión al encontrar carbón de leña preservado en las profundidades de un depósito de hielo en el interior de un tubo de lava del Monumento Nacional El Malpais. Al fecharlo con radiocarbono, supieron que los recolectores de agua encendieron fogatas desde el 150 al 950 d.C. Este trabajo, aseguran, es la prueba más antigua de la recolección de agua dentro de los tubos de lava del suroeste.

Los investigadores creen que durante esos siglos las sequías influyeron en las estrategias de asentamiento y subsistencia, la intensificación agrícola, las tendencias demográficas y la migración de estas antiguas sociedades del suroeste de Estados Unidos. Ahora, el descubrimiento de los depósitos de hielo presenta una «evidencia inequívoca» de cinco eventos de sequía.

Depósito de hielo
Durante estos períodos, los habitantes ancestrales del pueblo accedieron a la cueva, cuya entrada se encuentra a más de 2.200 metros sobre el nivel del mar y ha sido explorada a lo largo de 171 metros y unos 14 metros de profundidad. La cueva contiene un bloque de hielo que parece ser un remanente de un depósito mucho más grande que una vez llenó la mayor parte de su sección más profunda. Por razones de seguridad y conservación, el Servicio de Parques Nacionales ha identificado el lugar solo como Cueva 29.

En años con temperaturas normales, el derretimiento del hielo estacional cerca de las entradas de la cueva dejaría charcos de agua poco profundos temporales que habrían sido accesibles para los indios Pueblo. Pero cuando el hielo estaba ausente o se retiraba en períodos más cálidos y secos, los investigadores encontraron evidencias que mostraban que los atrevidos nativos accedían a la parte posterior de la cueva para encender pequeños fuegos, derretir el bloque de hielo y obtener agua.

Cerámica Cibola Grey en el en el Monumento Nacional El Malpais en Nuevo México – University of South Florida

Dejaron depósitos de carbón y cenizas, así como un fragmento de cerámica tradicional Cibola Grey que los investigadores encontraron mientras recolectaban un núcleo de hielo antiguo del bloque. El equipo cree que estos individuos pudieron controlar el humo dentro de la cueva con su sistema de circulación de aire natural manteniendo las fogatas.

«El descubrimiento fue inesperado», afirma Onac. El objetivo original del equipo era recolectar muestras para reconstruir el paleoclima utilizando depósitos de hielo, que se están derritiendo lenta pero constantemente. «He entrado en muchos tubos de lava, pero este fue especial debido a la cantidad de carbón presente en el piso en la parte más profunda de la cueva», señala. «Pensé que era un tema interesante, pero solo una vez que encontramos carbón y hollín en el núcleo de hielo, se me ocurrió la idea de conectar el uso del hielo como recurso hídrico», añade.

Este hallazgo «arroja luz sobre una de las muchas interacciones entre el ser humano y el medio ambiente en el suroeste en un momento en que el cambio climático obligó a las personas a encontrar recursos hídricos en lugares inesperados», dice Bogdan Onac, profesor de geociencias en Florida. Desafortunadamente, el cambio climático moderno provoca que el hielo de la cueva se derrita, lo que puede conducir a la pérdida de valiosos datos climáticos antiguos. Por eso, los investigadores continuarán con su estudio contra reloj en los tubos de lava antes de que desaparezca la evidencia geológica.