Como si de una historia de detectives se tratara, este caso está repleto de preguntas y tiene muy pocas respuestas. Al menos de momento. Un equipo internacional de investigadores dirigido por la Universidad de Harvard y el Max Planck realizaba un completo estudio genético de las antiguas poblaciones de Asia occidental cuando descubrió con lo que puede ser un crimen del pasado. Un presunto homicidio ocurrido hace 4.000 años que tiene como víctima a una misteriosa mujer extranjera cuyos solitarios restos aparecieron en el fondo de un pozo de Alalakh, en el sur de Turquía.
La «dama del pozo», como la han apodado los investigadores, ya era extraordinaria en vida. El análisis de su genoma, publicado en la revista «Cell», revela que llegó de muy lejos, lo que demuestra que entre los individuos de las sociedades antiguas también había migrantes.
Philipp Stockhammer, codirector del centro de investigación Max Planck – Harvard para el estudio del Mediterráneo antiguo (MHAAM) y coautor principal del estudio, reconoce sentirse «fascinado» por la «dama del pozo». «Proporciona una visión única de la movilidad femenina individual a través de grandes distancias», señala. El perfil genético de esta mujer, que cuando murió tendría entre 40 y 45 años, es más similar al de las poblaciones del este de Irán y Asia central que vivieron al mismo tiempo, por lo que o ella o sus antepasados recientes habían realizado un largo viaje de miles de kilómetros desde el oeste. «Sabemos por fuentes literarias que las mujeres viajaban en esa época a través de Asia occidental, muy a menudo como parejas matrimoniales», señala Stockhammer.
En el caso de que fueran sus padres o abuelos los que se mudaron y ella naciera en el lugar, esto significaría que sus antepasados no se casaron con individuos de la población local. Un futuro análisis arqueométrico de sus dientes podrá decirnos si nació allí o si vino más tarde durante su vida.
Muerte violenta
El hallazgo plantea muchas preguntas, y la mayoría no pueden ser respondidas con las herramientas analíticas modernas. ¿Cómo se mudó la ‘dama del pozo’ o sus antepasados recientes de Asia Central al norte del Levante mediterráneo? ¿Se vio obligada a abandonar su tierra natal? ¿Cuál fue su papel en la sociedad? ¿Se cayó al pozo por accidente o fue un asesinato? El cadáver tenía numerosas heridas y la forma en que fue enterrado, boca abajo en un pozo que entonces estaba activo, indica una muerte violenta, según Christina Warinner, profesora de antropología de Harvard, quien espera que un mayor análisis genómico pueda desempeñar algún tipo de papel para desentrañar la historia. Sus restos no estaban acompañados de ningún bien funerario.
«La ‘dama del pozo’ ha demostrado ser única en dos sentidos. Primero, porque, en lugar de un entierro deliberado como todos los demás individuos del mismo sitio arqueológico, su deposición fue una desgracia. En segundo lugar, porque esta mujer era genéticamente muy distinta de todas las demás personas que analizamos y que llevan una firma genética ‘local’», apunta Eirini Skourtanioti, coautora del estudio, en un correo electrónico a ABC.
Una vida difícil
La investigadora cree que el asesinato es un escenario plausible. Lo que esta claro es que la vida de esta mujer no debió de ser fácil. «El estudio de sus huesos ha mostrado múltiples traumas curados durante su vida y múltiples episodios de hipoplasia del esmalte dental, todos ellos indicadores de un estado de salud bastante pobre», señala.
Pese a que es probable que el caso sea siempre un enigma, lo que sí demuestra es que los humanos recorrieron largas distancias en el pasado y señala la existencia de comunidades de migrantes en un mundo antiguo globalizado.