Plantar cara a los ‘matones’ te hace más duro

By 22/10/2022 #!31Mon, 24 Oct 2022 08:21:41 +0000Z4131#31Mon, 24 Oct 2022 08:21:41 +0000Z-8+00:003131+00:00x31 24am31am-31Mon, 24 Oct 2022 08:21:41 +0000Z8+00:003131+00:00x312022Mon, 24 Oct 2022 08:21:41 +00002182110amMonday=97#!31Mon, 24 Oct 2022 08:21:41 +0000Z+00:0010#October 24th, 2022#!31Mon, 24 Oct 2022 08:21:41 +0000Z4131#/31Mon, 24 Oct 2022 08:21:41 +0000Z-8+00:003131+00:00x31#!31Mon, 24 Oct 2022 08:21:41 +0000Z+00:0010# Portal

Resiliencia , o la capacidad de superar situaciones traumáticas, es un término que últimamente está muy de moda. Más aún desde que el cambio climático amenaza al planeta y a nuestra forma de vida tal y como la conocemos. O una pandemia nos encerró al mundo entero en nuestras casas durante meses. Pero, ¿cuál es la clave que hace que unas personas se recuperen más rápido que otras a episodios adversos o traumáticos? Un estudio publicado en ‘ Nature ‘, si bien de momento solo probado de forma preliminar en ratones, apunta a que la resiliencia se puede aprender e incluso reforzar, siempre y cuando el sujeto se enfrente a sus miedos, ya que el cerebro segrega dopamina, la hormona de la felicidad. Lindsay Willmore , del Instituto de Neurociencia de Princeton, estaba interesada en conocer los mecanismos detrás de la resiliencia. Por ello, ideó con su equipo un experimento: pusieron un ratón en una jaula con otro más grande y agresivo , que normalmente ataca a su compañero de jaula más pequeño. Después colocaron una especie de ‘tabique’ e introdujeron a otro ratón grande con el que no podían interactuar físicamente, para comprobar comportamientos parecidos a la depresión: ansiedad, asociabilidad o nerviosismo. La mayoría de los especímenes mostraron comportamientos huidizos o evasivos; pero había unos pocos que se defendían tenazmente, incluso aunque saliesen heridos. «Se volvían hacia el agresor, pataleaban, saltaban sobre él… Simplemente no se rendían», explica Willmore. «Pensé que algo interesante y clave para la resiliencia estaba pasando en el cerebro de estos ratones». Los investigadores midieron la resiliencia al monitorizar los comportamientos de los roedores durante diez días de experimento. Los ratones que tendían a no defenderse mostraron comportamientos similares a la depresión, como evitar la interacción social después del evento estresante. Por su parte, los ratones que se defendieron mostraron una mayor resistencia emocional. «Neuralmente, los ratones resistentes tienen una mayor actividad cerca del agresor, incluso al comienzo de la defensa -escriben los autores en el estudio-. Por el contrario, los ratones susceptibles tienen una mayor actividad en la compensación de los ataques y el inicio de la huida». En concreto, el cerebro de los ratones que plantaban cara generaba dopamina, la hormona de la recompensa o la satisfacción (también apodada ‘de la felicidad’), estando cerca del agresor; sin embargo, el de los huidizos, lo hacía cuando escapan de él. Dopamina para reforzar el comportamiento El siguiente paso fue comprobar si se podía ‘reforzar’ el comportamiento resiliente al estimular con dopamina a todos los ratones antes de la confrontación (ataque) y después de ella (huida): en el primer caso, los ratones mostraron un comportamiento más resistente, si bien en el segundo, en el que se ‘premiaba’ la evasión, no mejoraba la resiliencia. «Lo genial aquí es que el animal no solo se defiende, sino que es recompensado por ello y le vuelve más resiliente», señala Willmore. «Aunque puede objetarse que estos resultados todavía no se han observado en humanos, la demostrada conservación de muchos mecanismos fisiológicos en la evolución de los mamíferos nos hace sospechar que también podrían darse en nuestra especie -señala a SMC Ignacio Morgado , catedrático de Psicobiología en el Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona-, explicando las importantes y llamativas diferencias observadas en el modo de reaccionar al estrés de cada persona. Diferencias que, a su vez, podrían explicar las diferentes capacidades de las personas para afrontar y mantenerse en situaciones tan estresantes como las del miedo a la enfermedad u oficios como el de la empresa, la educación o la política». MÁS INFORMACIÓN noticia No Descubierta la ‘familia’ más antigua conocida: un padre neandertal con su hija y varios parientes noticia No ¿Qué son estas extrañas luces captadas desde la Estación Espacial Internacional? Los autores esperan que, en el futuro, su trabajo pueda aplicarse más allá de los animales, incluso a la salud humana. Por ejemplo, dispositivos como los relojes inteligentes podrían dar retroalimentación en tiempo real sobre buenos hábitos para promover mecanismos saludables como la resiliencia. «La información sobre nuestras interacciones dinámicas con el medio ambiente será valioso para rastrear nuestros hábitos que podrían ser útiles o dañinos», dijo Willmore.