Esta roca procede de un mundo perdido, un antiguo ‘primo desaparecido’ de la Tierra

Por 11/03/2021 Portal

Su nombre es Erg Chech 002 pero los científicos, para abreviar, lo conocen como EC 002. Fue hallado en 2020 en el desierto del Sahara y se trata del ejemplo más antiguo que se conoce de magma espacial. Su edad, casi 4.600 millones de años, indica que este meteorito es, en efecto, incluso más antiguo que la Tierra.

Según un nuevo estudio publicado en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ esta roca primigenia, la única de este tipo encontrada hasta ahora, se formó al mismo tiempo que el Sistema Solar como parte de un cuerpo rocoso más grande y en vías de convertirse en un nuevo planeta. Se trata, pues, de un raro fragmento que consiguió sobrevivir a la destrucción de un protoplaneta, que probablemente fue absorbido por algún cuerpo planetario mayor en plena formación.

En mayo de 2020, varias piezas de EC 002 fueron encontradas cerca de la localidad argelina de Adrar, y según consta en la descripción del Instituto Lunar y Planetario (LPI) los fragmentos eran «de grano relativamente grueso, bronceado y beige», esporádicamente tachonados de cristales que eran «más grandes, de color verde, amarillo verdoso y menos comúnmente amarillo marrón».

El meteorito es una acondrita, es decir, una roca que ha sufrido un proceso de fusión en el cuerpo del que procede, y en su día formó parte de un objeto mucho mayor, con corteza y núcleo bien diferenciados. Las acondritas apenas suponen un 7% de los meteoritos que caen en nuestro planeta, a diferencia de las condritas, mucho más abundantes (casi un 86%) y que no han sufrido procesos de fusión en sus cuerpos de origen.

Según explican los investigadores, aproximadamente 3.100 meteoritos conocidos se originaron en la corteza y las capas del manto de asteroides rocosos, pero revelan muy poco sobre la variedad y diversidad de protoplanetas durante la juventud del Sistema Solar. Cerca del 95% de ellos, en efecto, nacieron de sólo dos cuerpos ‘padres’, con un 75% procedentes del asteroide 4 Vesta, el tercero en tamaño del cinturón de asteroides, con un diámetro de unos 530 km.

Por eso, entre los miles de meteoritos rocosos conocidos, EC 002 destaca como un faro en mitad de la noche. El análisis de los isótopos de aluminio y magnesio presentes en la roca indican que el ‘padre’ de este singular meteorito era un cuerpo extraordinariamente antiguo, con unos 4.566 millones de años de edad. Y su composición química revela que surgió de un depósito de magma parcialmente derretido en la corteza del cuerpo padre.

«Este meteorito -escriben los investigadores- es la roca magmática más antigua analizada hasta la fecha y arroja luz sobre la formación de las costras primordiales que cubrían los protoplanetas más antiguos».

«Es razonable suponer -prosiguen los autores del estudio- que muchos cuerpos dendríticos similares se acumularon al mismo tiempo y también estaban recubiertos por el mismo tipo de corteza primordial». Sin embargo, cuando los científicos compararon los patrones de longitud de onda de la luz que refleja EC 002 con la de otros 10.000 objetos conocidos, no hallaron ninguna coincidencia. «EC 002 -indican los investigadores- fue claramente distinguible de todos los demás grupos de asteroides. Hasta la fecha, no se ha identificado ningún objeto con características espectrales similares».

La ausencia, pues, de objetos parecidos a EC 002 hace pensar a los investigadores que, en el momento en que los planetas de nuestro sistema se estaban formando, la mayoría de los cuerpos protoplanetarios similares al que dio origen a este meteorito no consiguieron pasar de su infancia. Según el estudio, es muy probable que se rompieran en pedazos en colisiones con otros objetos, o que fueran absorbidos por planetas rocosos más grandes y exitosos, como la Tierra, Marte, Venus y Mercurio, dejando muy poco material capaz de generar meteoritos como EC 002.

Una roca, pues, más antigua que la propia Tierra y que una vez formó parte de un ‘candidato a planeta’ que no consiguió sobrevivir a la violencia de un Sistema Solar en plena formación.