Este es el número máximo de perritos calientes que puedes comer en diez minutos, según la ciencia

Por 18/07/2020 Portal

James Smoliga, un fisioterapeuta de la Universidad de High Point, ha desarrollado un modelo por ordenador que no solo muestra la tasa de mejora de los participantes de concursos de engullir perritos calientes, sino que proporciona el límite de la cantidad de este «manjar» que una persona podría comer. En su artículo, publicado en la revista «Biology Letters», Smoliga describe los factores que intervienen en la construcción de su modelo y otros posibles usos de aplicación.

Todos los años, el famoso concurso de comer perritos calientes de Coney Island de Nathan (Nueva York) se lleva a cabo. Se ha convertido en una tradición del 4 de julio, y en las últimas ediciones, incluso se ha retransmitido por televisión. Mientras miraba el evento el año pasado, Smoliga se preguntó cuál sería el límite para la cantidad de perritos calientes que un concursante podría comer.

Para encontrar la respuesta a su pregunta, Smoliga usó las mismas herramientas que se usan para pronosticar otros máximos deportivos: datos del mundo real y modelos por ordenador. Encontró que la información que necesitaba la podía encontrar online: cubría 39 años del concurso en números que describían cuántos perritos calientes había comido el ganador del concurso cada año. Luego metió los datos en su modelo de pronóstico y lo usó para mostrar gráficos que representaban el número de perritos calientes que los ganadores habían comido a lo largo de los años.

Al hacerlo, descubrió que los concursantes habían mejorado drásticamente a lo largo de los años más que en cualquier deporte: los ganadores se pudieron alzar con la victoria comiendo apenas una docena de perritos en las primeras ediciones. Sin embargo, el ganador de este año, Joey Chestnut, logró devorar 74 perritos calientes. Pero podría hacerlo mejor, piensa Smoliga: su modelo demostró que una persona debidamente entrenada como Chestnut debería poder comer 84 perritos en 10 minutos.

Smoliga señala que lo único que detiene a alguien como Chestnut es la mecánica: quien alcance el límite superior tendrá la capacidad del estómago debido al entrenamiento, pero para alcanzar su verdadero potencial, deberán encontrar la forma de masticar o tragar más rápido. Además afirma que este mismo modelo se puede aplicar para deportes más tradicionales, como el atletismo.