Variante de Reino Unido: ¿Qué se sabe y qué no se sabe sobre este mutante de coronavirus?

Por 21/12/2020 Portal

En las últimas semanas el Reino Unido ha experimentado un rápido aumento de infecciones de COVID-19 en el sureste de Inglaterra. Los análisis del genoma del SARS-CoV-2 han permitido averiguar que una gran proporción de casos en esta región porta una nueva variante del coronavirus caracterizada por su propia colección de mutaciones: como si se tratara de una familia de virus con sus propias peculiaridades.

La semana pasada el gobierno británico endureció las medidas sanitarias y habló sobre esta nueva variante, achacándole ser más contagiosa y estar detrás del aumento de casos. Este sábado, los nuevos datos ofrecidos por el gobierno mostraban que esta variante representaba al 26% de los casos en Londres a mediados de noviembre y que, a partir del 9 de diciembre, llegaba al 60%.

«Todo apunta a que esta variante tiene mayor capacidad de dispersión, pero todavía resta confirmarlo», ha comentado José Antonio López-Guerrero, investigador en el Laboratorio de Neurovirología de la Universidad Autónoma de Madrid. «El incremento de casos se ha registrado precisamente en una zona donde esa variante se ha hecho predominante».

Estos días, varios países han cancelado los vuelos con Reino Unido y ya se ha detectado a la nueva variante en Bélgica, Dinamarca y Holanda. Algunos científicos han comentado que lo más probable es que este mutante ya esté circulando por otros muchos países europeos. De hecho, dado que Gran Bretaña es el país donde más intenso es el rastreo del genoma del coronavirus, podría ser que esta variante estuviera presente en lugares donde se hacen menos análisis o incluso no se hacen.

Tasa de notificación de casos cada 14 días y por 100.000 habitantes en el sureste de Inglaterra, hasta el 16 de diciembre

ECDC
Sin necesidad de alarmarse
En todo caso, ¿qué implicaría que una variante más contagiosa se extendiera o ya estuviera extendida? «En cuanto a las medidas, habría pocos cambios», ha explicado Iñaki Comas, científico titular del Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV-CSIC) y experto en epidemiología genómica. «Lo importante sería no relajarse, para evitar que esta variante se lanzara en la población: si fuera más contagiosa, tendría capacidad de hacer que el número de casos y hospitalizaciones fuera mucho mayor y se complicase el control de la pandemia».

«Es cierto que hay mucho miedo, y en algo contribuimos los medios de comunicación y los científicos, dando mensajes contradictorios desde el comienzo de la pandemia», ha explicado López-Guerrero. «Por ahora, creo que es correcto cancelar los vuelos y seguir haciendo un seguimiento, en busca de anomalías en la clínica, como aumentos de virulencia o aumentos de casos». Según ha dicho, un virus más transmisible podría ser peligroso, porque podría llevar a más gente a los hospitales, a más casos de UCI y a más muertes.

En todo caso, varios investigadores ya han recordado que el SARS-CoV-2 es de por sí un virus altamente contagioso con capacidad de convertirse en un reto para los sistema sanitarios y epidemiológicos, como ha demostrado la historia de la pandemia.

«Por supuesto que debemos estar preocupados por la aparición de una nueva variante de SARS-CoV-2», ha comentado Mark Harris, Catedrático de Virología de la Universidad de Leeds. «Pero es el mismo virus, causando la misma enfermedad. Así que los mensajes claves para evitar la transmisión son los mismos: limitar el número y el tamaño de las reuniones sociales, mantener la distancia social, llevar mascarilla en espacios públicos o lavarse las manos».

Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Europa (ECDC) recogen que, dado que se desconoce si la nueva variante está ampliamente extendida o limitada a unos pocos países o zonas, las medidas deberían ahora ser similares a las que se adoptan al comienzo de una epidemia: evitar viajes no esenciales hacia y desde las zonas afectadas, aumentar los esfuerzos de tests y seguimiento de contactos y aislar a casos confirmados. También recomiendan hacer un esfuerzo en secuenciación para estudiar la expansión de la variante.

Según Mark Harris, la nueva variante se ha convertido en un argumento político y en toda una «pantalla de humo» para ocultar el hecho de que las medidas de contención de nivel tres hayan fracasado en Reino Unido. Por último, ha apoyado la decisión de restringir los viajes al país para controlar la expansión del virus.

Un trabajador médico en un centro de tests en el aeropuerto de Dusseldorf, hoy

REUTERS
«Por favor, no estéis más alarmados de lo que habéis estado durante esta pandemia», ha comentado por otra parte la inmunóloga y viróloga Kizzmekia Corbett, científica en el Centro de Investigación de Vacunas del NIAID, en EEUU, en Twitter. «Las medidas de precaución, como no viajar, en Reino Unido, van en la línea de medidas razonables siguiendo un pico regional del virus».

«Por favor, no estéis más alarmados de lo que habéis estado durante esta pandemia»

También ha criticado el alarmismo de los medios y la falta de contexto en algunas informaciones y ha vaticinado: «Vais a leer y a oír sobre mil y una variantes del virus, porque los virus mutan por naturaleza. Da miedo, lo sé. Pero un par de aminoácidos no es lo mismo que una nueva cepa del virus, como ocurre con la gripe», ha continuado.

Según ha recordado, la presión selectiva hace que poco a poco el virus vaya «aprendiendo» a transmitirse mejor. Pero eso no ha de llevar al pánico: «Hará falta una gran cantidad de diversidad genética para hacer que las actuales vacunas sean inútiles».

Fundamentalmente porque los anticuerpos generados por las vacunas reconocen a la proteína S del coronavirus en múltiples lugares (o epítopos). Además, como ya han comentado investigadores en otras ocasiones, existen cientos de vacunas en desarrollo, producen respuestas diferentes y en muchos casos es posible adaptarlas a nuevas proteínas del virus rápidamente.

¿Cómo es esta variante?
El coronavirus es un virus poco variable (en comparación con otros, como la gripe), pero todos los virus acumulan mutaciones y cambios en su genoma (el conjunto de sus genes). «Los virus cambian constantemente a través de las mutaciones, la aparición de una nueva variante es esperada y no es, en sí misma, una causa de preocupación», explican los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Europa (ECDC). «La diversificaciónd el SARS-CoV-2 debido a la evolución y adaptación ha sido observada mundialmente y se espera que ocurra cuando hay transmisión», prosiguen.

Estos cambios no suelen ser una señal de peligro y, de hecho, la mayoría son inocuos. Sin embargo, estas mutaciones son interesantes para los científicos porque permiten rastrear la historia de los virus (como si se tratase de un historial de arrugas o de cicatrices que permitiera saber cómo ha vivido alguien).

A veces, surgen linajes de virus, variantes, que se caracterizan por tener un conjunto de mutaciones. Cuando esas mutaciones les permiten cambiar su comportamiento (por ejemplo, ser más transmisibles), se les llama cepas. Todavía no se conoce ninguna cepa de coronavirus, tan solo decenas variantes y decenas de miles de mutaciones.

La variante de Reino Unido se llama B.1.1.7 o VUI 202012/01. Está caracterizada por presentar un número muy alto de mutaciones: 17. Nueve de ellas están en la proteína S o proteína de la espícula, la molécula que le permite al coronavirus reconocer a las células humanas y entrar en ellas para infectarlas. <blockquote class=»twitter-tweet»><p lang=»en» dir=»ltr»>The B.1.1.7 variant has spike protein mutations also noted in a South African lineage, including N501Y, associated with increased transmission. A preprint was just published on it <a href=»https://t.co/UqQTcvIjcC»>https://t.co/UqQTcvIjcC</a> by <a href=»https://twitter.com/Tuliodna?ref_src=twsrc%5Etfw»>@Tuliodna</a> and colleagues <a href=»https://t.co/NFhqc9g5a8″>pic.twitter.com/NFhqc9g5a8</a></p>&mdash; Eric Topol (@EricTopol) <a href=»https://twitter.com/EricTopol/status/1341072927601557504?ref_src=twsrc%5Etfw»>December 21, 2020</a></blockquote> <script async src=»https://platform.twitter.com/widgets.js» charset=»utf-8″></script>

Estas mutaciones consisten en la eliminación de partes de la secuencia de aminoácidos de la proteína S (deleción 69-70 y deleción 144) o cambios de un aminoácido por otro: son las mutaciones N501Y, A570D, D614G, P681H, T716I, S982A y D1118H. Por ejemplo, N501Y significa cambiar el aminoácido N por el Y en la posición 501 de la secuencia de la proteína.

Conviene tener en cuenta que ya se conocen 4.000 mutaciones en la proteína S, prácticamente sin que haya ocurrido ningún cambio capaz de cambiar claramente el comportamiento del virus. De hecho, dada la importancia de esta proteína para el patógeno, es esperable que la proteína S acumule muchas mutaciones.

¿Es más contagiosa?
Según datos preliminares obtenidos en Reino Unido la B.1.1.7 sería un 70% más transmisible, pero todavía no se ha podido confirmar experimentalmente que sea así. «Hay demasiada incertidumbre para decir esto», ha comentado en «Sciencemagazine.org» Christian Drosten, virólogo en el Hospital de la Universidad Charité, en Berlín.

Fundamentalmente, puede que esa variante sea predominante por haber estado en el momento y en lugar adecuados, como pasó con una variante originada en brotes en Aragón y Cataluña, la 20A.EU1, que acabó dominando en varios países a pesar de no ser más contagiosa.

La información disponible por el momento sobre la severidad de esta variante es escasa pero, por ahora, no hay indicios de que aumente la gravedad de la COVID-19.

¿Qué es lo que preocupa más de esta variante?
La preocupación viene de que la variante esté reemplanzando a las otras variantes por ser más contagiosa. Además, el hecho de que haya sufrido varias mutaciones en la secuencia de la proteína S también hace temer que alguna la haya podido hacer más transmisible. Por eso, se considera más seguro endurecer las medidas de contención y confinamiento.

Los investigadores están ahora haciendo un intenso esfuerzo en constatar si las 17 mutaciones de la variante B.1.1.7 cambian el comportamiento del virus al infectar células en cultivos. Para ello, es necesario comparar el funcionamiento del virus no mutado con el que presenta los cambios. También se están haciendo estudios clínicos de severidad y transmisibilidad.

Una de las cosas que ha sorprendido de esta variante es que tenga 17 mutaciones, cuando lo más habitual es que tengan una docena. De hecho, esta variante presenta 29 cambios en la secuencia, en comparación con el virus original de Wuhan, lo que son más cambios que los que se esperarían por azar, y que rondan las dos mutaciones al mes.

Además, la proporción de cambios que se traducen en variaciones en la proteína son mayores de lo que se esperaría si fueran cambios aleatorios. Es decir, hay indicios de que los cambios de la variante están dirigidos por una fuerza selectiva.

Dado que la vacunación acaba de arrancar en Reino Unido, se ha descartado que los fármacos hayan tenido alguan relación. Como posibles causas de la aparición de la variante se ha apuntado a una infección prolongada en un paciente inmunodeprimido, lo que le habría dado tiempo y oportunidad al virus para desarrollar varias mutaciones que le facilitaran escapar del sistema inmunitario. También se ha hablado del papel de animales o de que hubiera estado circulando más tiempo pero que no se hubiera detectado hasta ahora.

Según ha dicho en «Sciencemagazine.org», Andrew Rambaut, biólogo molecular evolutivo de la Universidad de Edimburgo, preocupan especialmente dos de las ocho mutaciones que afectan a la proteína S: N501Y, que aumenta la fuerza de la unión de la proteína S y los receptores ACE2 humanos en cultivos celulares; y la deleción 69-70, que se ha encontrado en virus que eludieron la respuesta inmunitaria en pacientes inmunodeprimidos.

Además, también se ha informado de que se ha registrado otra variante en Sudáfrica, no relacionada con la B.1.1.7., que también presenta la mutación N501Y, y que también parece estar dispersándose mucho más rápido, según datos preliminares.

Cautela con la información preliminar

La información preliminar a veces lleva a conclusiones erróneas: hace semanas, se pensaba que la variante 20A.EU1, originada en Aragón y Cataluña, era más letal. También se ha observado que la variante más extendida ahora, la D614G tiene más fácil entrar en las células en el laboratorio, pero que ese efecto no se ha observado en la población, porque otra mutación contrarresta este efecto.

De hecho, conviene tener en cuenta que esta temida variante hallada en Reino Unido porta también una mutación en el gen ORF8 que, según estudios previos, disminuye la capacidad de dispersión del virus.

Las respuestas sobre la importancia de las mutaciones de la variante podrían tardar meses en llegar, pero ya está claro que cualquier aumento en transmisibilidad aumentaría la capacidad de dispersión del virus, especialmente en unas fechas en las que la población viaja y se reúne para celebrar las Navidades. Por ello, esta variante podría acabar reemplazando a las que hay en circulación en Europa y Estados Unidos.

En todo caso, los proceso evolutivos por los que el virus evoluciona podrían ocurrir en cualquier parte. A medida que las vacunas empiecen a extender la inmunidad entre la población, podrían aparecer variantes con mayor capacidad de transmisión o de esquivar a los fármacos.