Big John es el esqueleto del mayor Triceratops horridus conocido hasta la fecha. Fue descubierto en 2014, por el geólogo Walter W. Stein Bill, durante una excavación en la llanura conocida como Hell Creek, en Dakota del Sur (EE UU). El pasado noviembre fue subastado por más de seis millones y medio de euros. Pero durante la primavera del año pasado, mientras el esqueleto estaba siendo restaurado, Flavio Bacchia encontró algo curioso y le pidió opinión a Ruggero D’Anastasio, según recuerda este último. Se trataba de un orificio extra en el cráneo. Desde un primer momento parecía que este agujero había sido producido por un trauma, un golpe. Finalmente, los datos que proporcionaron los análisis histológicos y químicos del hueso lo confirmaron: el orificio fue causado por una lesión traumática sufrida, al menos, seis meses antes de la muerte del animal. El hueso estaba sanando en el momento de la muerte de Big John. La investigación, que ha sido publicada este jueves en Scientific Reports, concluye que la lesión la produjo otro triceratops, por lo que se confirmarían los combates entre miembros de la misma especie.