China, un viaje de ida y vuelta a la luna con muestras lunares

Por 29/11/2020 Portal

La sonda lunar «Chang’e 5» no decepcionó. El lanzamiento, última fase de la misión que China clasifica de «tres pasos», fue un éxito. El proyecto, de exploración sin tripulación a bordo, tiene previsto retirar muestras del suelo lunar mediante un sistema robótico y traerlas de vuelta a la Tierra. Se trata del mayor desafío de la historia de la agencia espacial china.

El despegue se produjo a las 4.30 horas del pasado 24 de noviembre. La «Chang’e 5» se compone de un orbitador, un módulo de aterrizaje, uno de ascenso y otro de descenso. Cada componente debe operar de modo autónomo para lograr el éxito de la misión. Ouyang Ziyuan, científico jefe de uno de los desafíos más complicados que se conocen, destacó que el acoplamiento en la órbita lunar se producirá a 380.000 kilómetros de distancia y posteriormente regresará a la Tierra a una velocidad cercana a la del universo.

China resume el proyecto completo como «circunnavegación, caída y retorno». Hasta la fecha la retirada de material lunar únicamente se había podido realizar mediante espectroscopia. Este sistema permite conocer indirectamente la composición y los elementos químicos de los cuerpos celestes. De este modo, se puede trazar un recorrido desde su origen y evolución. Ahora, si como está previsto, se recolectan muestras directamente de la superficie lunar, los científicos tendrán a su alcance datos de primera mano que les permitirán desarrollar con mayor precisión su trabajo de investigación.

La última vez que se recogieron elementos o rocas lunares fue el 18 de agosto de 1976 a través de una sonda de origen soviética (las misiones Apolo). Desde entonces, hace 44 años, no se había vuelto a repetir la experiencia y nunca antes sin personal a bordo. A diferencia de aquellas misiones, la «Chang’e 5» tiene como objetivo traer a la tierra porciones mayores y más significativas de la corteza lunar.

Boun Inthabandith, geólogo planetario de la Univesidad de Munster de Alemania, calificó de «habilidad asombrosa» de China la capacidad para hacer acopio de este material. James Carpenter, investigador de la Agencia Espacial Europea en Noordwick (Holanda), no dudó al advertir que este vuelo supondrá «un adelanto formidable para la exploración futura».

Con el lanzamiento de la misión «Chang’e 5», China da por concluidas las tres fases de su proyecto más ambicioso. Las muestras obtenidas servirán para avanzar y facilitar la labor de la ciencia. Los resultados obtenidos tras el reconocimiento a fondo del material permitirán a los investigadores chinos empujar hacia adelante sus trabajos de la topografía, el entorno espacial y la distribución de recursos de la superficie lunar. De este modo se podrán sentar las bases definitivas de los alunizajes tripulados que culminen, en un futuro, con la instalación de una base lunar.

La luna es el cuerpo celeste más cercano a la tierra. Con la continua expansión de la exploración humana de lo desconocido, se convertirá, para China, en la primera escala del ser humano.

«China logró grandes logros en el campo de la ciencia y la tecnología espaciales» y «puede beneficiar al mundo» con el éxito del «Chang’e 5» y el resto de «las misiones de exploración lunar», reconoció Giuseppe Reibaldi, científico italiano y presidente de la Asociación de la Villa Lunar.