Cómo un puñado de rayitas cambió para siempre las investigaciones criminales

Por 01/08/2020 Portal

El forense Antonio Alonso escuchaba en la tele a Mercedes Milá aquella noche de 1995. La presentadora hablaba de una importante prueba genética definitiva para identificar los huesos de los jóvenes vascos, presuntos miembros de ETA, José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala. Alonso tenía delante parte de esos restos. Del trabajo de su equipo dependía zanjar un asunto que mantenía en vilo a la sociedad española. “Era fin de semana, recuerdo que había bastante presión mediática, y el domingo por la mañana teníamos el informe”, rememora el especialista, hoy director del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses.

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