Confirmado: estos monstruos marinos prehistóricos comían presas más grandes que los humanos

Por 23/08/2020 Portal

Cuando los paleontólogos que excavaban en una cantera en el suroeste de China descubrieron el esqueleto casi completo de un ictiosaurio -un reptil marino gigante parecido a un delfín-, no esperaban encontrar una increíble sorpresa en su interior. Dentro de su estómago hallaron un segundo fósil, el esqueleto de un talatosaurio -otro reptil acuático, parecido a un lagarto, de cuatro metros-, uno de los restos más largos jamás encontrados en el estómago de un reptil marino prehistórico.

Si bien los investigadores no pueden decir con certeza si el talatosaurio fue secuestrado o devorado, su trabajo podría ser la prueba directa más antigua de que los reptiles marinos del Triásico como los ictiosaurios, que anteriormente se pensaba que se alimentaban de cefalópodos, eran megadepredadores ápice. El estudio se acaba de publicar en la revista «iScience».

«Si miras a todos los reptiles marinos similares que vivieron en la era de los dinosaurios, en realidad nunca hemos encontrado algo articulado así en el estómago», afirma el coautor de la investigación Ryosuke Motani, profesor de paleobiología en la Universidad de California. «El contenido del estómago de nuestro ictiosaurio no fue dañado por el ácido del estómago, por lo que debe haber muerto poco después de ingerir este alimento. Al principio, simplemente no lo creímos, pero después de pasar varios años visitando el lugar de la excavación y mirando el mismo especímen, finalmente nos convencimos de lo que veíamos».

El contenido del estómago rara vez se encuentra en los fósiles marinos. Por ello, los investigadores se basan en las formas de los dientes y las mandíbulas para saber qué especies les podían servir de alimento. Si bien se cree que los depredadores prehistóricos tenían dientes grandes con bordes cortantes afilados, algunas especies depredadoras actuales, como los cocodrilos, usan dientes sin filo para comer presas grandes, aprovechando su fuerza de agarre y no de corte. Los ictiosaurios comparten estos dientes más romos, pero sin prueba directa de un gran consumo de presas en estos reptiles marinos prehistóricos, los científicos creían que se alimentaban de animales pequeños, como los cefalópodos.

Sin embargo, el descubrimiento del talatosaurio gigante en el estómago del ictiosaurio encontrado por Motani junto con el paleontólogo de la Universidad de Pekín Da-Yong Jiang, sugiere que este no fue el caso. «Ahora, podemos considerar seriamente que estaban comiendo animales grandes, incluso cuando tenían dientes romos. Está bastante claro que este animal podría procesar este alimento grande usando dientes desafilados», afirma Motani.

Lo que aún no saben los investigadores es si el ictiosaurio cazó al talatosaurio o lo engulló una vez muerto. Sin embargo, hay razones para creer que no se trataba de un carroñero: estudios de descomposición marina sugieren que si el cuerpo inerte hubiese estado en el fondo marino, las extremidades se habrían y se habrían desprendido antes que la cola. En cambio, los investigadores encontraron lo contrario: las aletas se encontraban al menos parcialmente unidas a su cuerpo en el estómago, mientras que se encontró una cola a muchos metros de distancia, lo que llevó a los investigadores a creer que fue arrancada y abandonada por un depredador, como el ictiosaurio.

Ya sea que el ictiosaurio matase o no a su última cena, el fósil proporciona la evidencia directa más antigua de que estos reptiles marinos gigantes consumían animales más grandes que los humanos. «Ahora tenemos un fósil articulado sólido en el estómago de un reptil marino por primera vez», dice Motani. «Esto también sugiere que la megadepredación probablemente era más común de lo que pensábamos antes».

El equipo todavía está excavando el lugar donde se encontró el par de fósiles, que ahora se mostrarán en un museo. «Hemos estado excavando en esa cantera en particular durante más de diez años y, aún así, siguen saliendo cosas nuevas. Habrá que ver qué nuevos descubrimientos haremos en el futuro».