El animal escapista que huye del estómago y sale por el «ano» después de ser comido

Por 03/08/2020 Portal

La mayor parte de los animales sobrevive a base de esconderse, de evitar a los depredadores o gracias a sustancias tóxicas u otras defensas que les conviertan en un bocado poco apetecible. Pero unos pocos animales tienen otro as en la manga: sobreviven incluso después de ser engullidos, como Jonás en el vientre de la ballena.

Esta semana, un equipo de investigadores de la Universidad de Kobe, en Japón, ha documentado por primera vez uno de los ejemplos más espectaculares de este tipo de comportamiento. En un estudio que han publicado en «Current Biology», han mostrado cómo el escarabajo acuático Regimbartia attenuata
puede escapar de la cloaca de la rana
Pelophylax nigromaculatus, que vive en algunas zonas de China, Rusia, Corea y Japón.

La novedad es que, a diferencia de otros casos, en los que los animales escapan pasivamente, sin moverse, a través de las heces de los depredadores, este escarabajo se libera activamente, es decir, moviéndose. Además, lo hace apenas instantes después de ser engullido, para desgracia del anuro. <iframe height=»286″ src=»https://www.youtube.com/embed/qbefo_vUzog» frameborder=»0″ allowfullscreen style=»width:100%;»></iframe>

Pero todavía hay más. Tal como han sugerido los investigadores, dirigidos por Sugiura Shinji, el escarabajo probablemente promueve su propia excreción, facilitando la apertura de la cloaca de la rana, sin que ella pueda evitarlo.

«Vivitos y coleando»
A diferencia de otros animales, muchas ranas no matan a sus presas cuando las engullen, porque carecen de dientes. Por eso, dependen de los fluidos de su sistema digestivo para matar a sus presas. Esto implica que para muchas de ellas los últimos momentos de su vida son dignos de una pesadilla.

El profesor Sugiura Shinji decidió investigar si los insectos se defienden de este aciago destino. Por este motivo, estudió en el laboratorio la respuesta del escarabajo R. attenuata y la rana P. nigromaculatus.

Tal como comprobó, en condiciones controladas todos los escarabajos fueron tragados fácilmente por las ranas. Sin embargo, el 93,3% de ellos se liberaron, en un tiempo que fue de las 0,1 a las 3,5 horas. Y todos ellos salieron «vivitos y coleando».

Un largo viaje hasta la libertad
Según el investigador, estas observaciones indican que los escarabajos se mueven hacia la cloaca, atravesando el sistema digestivo del anfibio. Y eso que para ellos la distancia es considerable: si su cuerpo mide entre 3,8 a 5 milímetros, el tracto digestivo de las ranas mide, desde la boca a la cloaca, de 22,5 a 74,2 milímetros. Además, tienen que inducir la apertura de la cloaca de las ranas antes de disfrutar de su libertad.

En esta ocasión, Sugiura Shinji ha observado el mismo comportamiento en otras cuatro especies de rana: Pelophylax porosus, Glandirana rugosa,
Hyla japonica y Fejervarya kawamurai
. Y lo cierto es que nunca hasta ahora se había documentado la liberación de un insecto desde la cloaca de un depredador, ni se habían observado indicios de que sea el propio «cazado» el que promueva su salida.