El hallazgo de una segunda señal de radio que se repite de forma regular desconcierta a los científicos

Por 08/06/2020 Portal

Durante cuatro largos años, un equipo de astrónomos del observatorio británico Jodrell Bank, de la Universidad de Manchester, no le ha quitado ojo a un punto concreto del cielo, a cerca de 3.000 millones de años luz de la Tierra. Porque en ese punto, de cuando en cuando y sin que se sepa bien por qué, se produce una rápida y potentísima emisión de radio, un FRB (Fast Radio Burst) o, en castellano, estallido rápido de radio. La señal apenas dura unos milisegundos, pero el destello es tan poderoso que libera, en ese breve tiempo, una cantidad de energía que equivale a la de miles de soles. Tal es su energía que incluso a pesar de la gigantesca distancia que nos separa, el estallido se percibe desde nuestro planeta como un potente fogonazo.

Desde que se descubrieran por primera vez en 2007, los FRB han estado envueltos en un halo de misterio. ¿Qué (o quién) es capaz de emitir una señal de radio tan inmensamente poderosa? Incluso averiguar el punto exacto de origen de estos rapidísimos destellos es un verdadero problema. Las explicaciones al fenómeno van desde las estrellas de neutrones a los agujeros negros, e incluso a hipotéticas emisiones artificiales de una civilización mucho más avanzada que la nuestra.

Cadáveres estelares
Durante los últimos años, sin embargo, se han llevado a cabo importantes progresos y muchos creen que los responsables de esos súbitos estallidos de radio son un tipo muy particular de estrellas de neutrones, los magnetares, que se caracterizan por tener campos magnéticos de enorme intensidad. Se trata de auténticos «cadáveres estelares», lo que queda después de que una estrella muy masiva colapse sobre sí misma debido a su propia gravedad, comprimiendo toda su masa en una «bola» super densa de materia comprimida de apenas unos km de diámetro y en rápida rotación.

Muchos FRBs son únicos. Es decir, que solo brillan una vez. Pero otros, sin embargo, se repiten y, para terminar de desconcertar a los científicos, algunos lo hacen incluso siguiendo patrones concretos.

Y ese es, según han descubierto los investigadores de Jodrell Bank, precisamente el caso del FRB conocido como 121102. El estudio se acaba de publicar en Monthly Notices of the Royal Astronomy Society.

Analizando las 32 ráfagas descubiertas durante su campaña de cuatro años, y añadiendo los datos de observaciones publicadas con anterioridad, el equipo descubrió, en efecto, que las emisiones de 121102 siguen un patrón cíclico, con destellos de radio observados en una ventana de aproximadamente 90 días, seguida de un silencio de 67 días. El mismo comportamiento se repite, pues, cada 157 días.

El hallazgo aporta una importante pista para identificar el origen por lo menos de algunas de estas enigmáticas emisiones de radio. Una secuencia regular en la actividad del FRB, en efecto, podría significar que los estallidos rápidos de radio están vinculados al movimiento orbital de una estrella muy masiva, de una estrella de neutrones o, quizá, incluso de un agujero negro.

Resultado emocionante
Según Kaustubh Rajwade, que ha liderado la investigación, «se trata de un resultado emocionante, ya que es el segundo sistema en el que se ha detectado una modulación en la actividad de ráfaga. La detección de una periodicidad proporciona una restricción importante sobre el origen de los estallidos, y los ciclos de actividad podrían ser un argumento en contra de una estrella de neutrones en precesión».

De hecho, una de las posibles explicaciones para los FRB podría ser la precesión, en forma de una parte superior oscilante, del eje magnético de una estrella de neutrones altamente magnetizada, pero los nuevos datos, según los investigadores, hacen que resulte muy difícil de explicar un periodo de precesión de 157 días, dada la intensidad de los enormes campos magnéticos que tienen ese tipo de estrellas.

Cuando fueron descubiertos en 2007, se pensaba que los FRB eran sucesos únicos, relacionados con eventos catastróficos, como una estrella en explosión. Pero esa imagen cambió en parte tras el descubrimiento, en 2012 y con el radiotelescopio de Arecibo, del FRB 121102, ya que la emisión volvió a repetirse en 2016, y no es posible que ninguna estrella explote más de una vez. Pero hasta ahora nadie se había fijado en que, además, las emisiones de este FRB se producían siguiendo un patrón regular.

En su artículo, los investigadores explican que 121102 es el segundo FRB repetitivo (por ahora se han descubierto 19) en el que se ha descubierto una actividad periódica. Solo que en este caso la escala de tiempo de cada ciclo es 10 veces más larga que la periodicidad de 16 días descubierta recientemente por el telescopio CHIME, en Canadá, en el FRB 180916.J10158 + 56.

Un paso más, pues, hacia la comprensión de uno de los fenómenos más misteriosos del Universo.