Dinosaurios en Venus

En el capítulo titulado Cielo e infierno de la serie Cosmos, Carl Sagan nos contaba una anécdota científica divertida y un tanto embarazosa. Las primeras observaciones del planeta Venus a través de los telescopios primitivos no permitían distinguir ningún rasgo sobre su superficie. La geografía de Venus estaba oculta por una densa atmósfera opacada por nubes, cuya composición era desconocida. A partir de aquí, se desbocó la imaginación: No podemos ver la superficie de Venus, porque está tapada por nubes. Bueno, ¿y de qué están hechas las nubes? De agua, por supuesto. Por lo tanto, Venus debe tener mucha agua. Y, si tiene mucha agua, el terreno debe estar empapado. Venus debe ser una gran ciénaga. Y en las ciénagas hay helechos. Y si hay helechos, quizá haya dinosaurios. Nótese el razonamiento: observación, no veo nada; conclusión, dinosaurios.

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