Neuralink, las vacunas y el control cerebral

La reciente apuesta del sudafricano Elon Musk y su empresa Neuralink, especializada en el desarrollo de interfaces cerebro-computadora, consiste en un microchip implantado en el cerebro de un cerdo que contiene 1024 pequeñísimos electrodos capaces de registrar la actividad eléctrica de otras tantas neuronas de ese cerebro. El registro se envía inalámbricamente, mediante bluetooth, a un ordenador que lo analiza para deducir su significado, como, por ejemplo, la inminente conducta del animal. El ordenador, a su vez, utilizando el mismo dispositivo, puede enviar señales al cerebro para influir en esa conducta. Exageradamente y sin pruebas que lo justifiquen, los promotores del nuevo invento hablan incluso de utilizarlo en el futuro para curar enfermedades neurológicas.

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