Hallan el fósil de un insecto con los genitales intactos desde hace 50 millones de años

Por 20/01/2021 Portal

En 2006 en la formación Green River, en Colorado, se rompió la losa de una roca. Al mirar los pedazos, encontraron un insecto fosilizado y muy bien conservado partido justamente por la mitad. Tiempo después, un comerciante de fósiles vendió las dos mitades por separado. Científicos de la Universidad de la Universidad de Illinois (EE. UU.) se dieron cuenta de su valía, por lo que reunieron las piezas para analizarlo. Ahora han averiguado que se trata de una nueva especie y género de insecto asesino con una particularidad: preserva casi intacto su órgano genital.

Los insectos asesinos, de la familia
Reduviidae
, conforman en la actualidad unas 7.000 especies de insectos, como las chinches. Del orden de los heterópteros, se caracterizan por una estructura delgada en forma de cuello que conecta la cabeza estrecha con el cuerpo. Reciben el nombre de «asesinos» porque utilizan su corto pico para perforar a su presa y luego chupar los fluidos corporales de sus víctimas. Sin embargo, aunque hoy contemos con muchos ejemplos, apenas existe medio centenar de fósiles descubiertos, por lo que el recién bautizado como
Aphelicophontes danjuddi
(en honor a Dan Judd, uno de los coleccionistas que poseía una de las mitades y la donó a la universidad para su estudio) es una pieza única. Y por varios motivos.

La importancia de un pigóforo bien conservado
El insecto fosilizado, que quedó atrapado en la roca hace unos 50 millones de años -en el Eoceno-, mide unos 4 centímetros. En él se puede observar claramente aún el patrón rallado de sus patas, si bien lo que más llamó la atención de los investigadores fue su bien conservada cápsula genital, llamada pigóforo, que tiene aproximadamente la longitud de un grano de arroz.

«Ser capaz de ver los genitales de un insecto es muy útil cuando se trata de determinar el lugar de un insecto fósil en su árbol genealógico», afirma Sam Heads, paleontólogo del Illinois Natural History Survey y líder de la investigación junto con Daniel Swanson, estudiante de posgrado en entomología de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign. Juntos acaban de publicar sus resultados en la revista «Papers in Palaeontology».

Según explica Swanson, «las especies a menudo se definen por su capacidad para aparearse con éxito entre sí, y las pequeñas diferencias en los genitales pueden conducir a incompatibilidades sexuales que, con el tiempo, pueden resultar en el surgimiento de nuevas especies». Esto hace que los genitales sean un buen lugar para investigar a fondo y determinar una especie de insecto.

Tales estructuras a menudo se ocultan en fósiles como los de la Formación Green River, pero no en tan buen estado. «Normalmente, solo obtenemos este nivel de detalle en las especies que aún están vivas». Las estructuras visibles dentro del pigóforo de este insecto incluyen la placa basal y otra parte endurecida en forma de estribo que sostiene el falo. El fósil también conservó los contornos del falosoma, una bolsa en la que los insectos pueden retirar el falo.

Genitales fósiles aún más antiguos
Pero estos no son los genitales de insectos fósiles más antiguos jamás descubiertos. «Existe un fósil que tiene entre 400 y 412 millones de años, del yacimiento Rhynie Chert, en Escocia», afirma Heads. «Y también hay numerosos insectos fósiles en ámbar tan antiguos como el Período Cretácico con genitales conservados. Sin embargo, es casi inaudito que los genitales masculinos internos se conserven en compresiones carbonosas como las que hemos hallado este ejemplar».