Hallan el increíble fósil de un calamar devorado por un tiburón mientras comía

En algún momento durante el Jurásico temprano (hace unos 180 millones de años), una antigua criatura parecida a un calamar cazó un crustáceo, algo así como una langosta, con sus muchos tentáculos en forma de gancho. Pero, justo en ese mismo momento, un enorme depredador prehistórico abrió sus fauces y tragó la mitad del calamar, dejando la otra mitad, incluida la vieja langosta, en el fondo marino. Millones de años después, la escena fosilizada fue descubierta en una cantera en Alemania por un coleccionista aficionado. Ahora las conclusiones de aquel festín a tres se acaban de publicar en la revista ‘Swiss Journal of Palaeontology’.

Ambos especímenes, un calamar antiguo llamado belemnita y un crustáceo del género Proeryon, aún estaban incrustados en el sedimento fosilizado. La belemnita estaba en excelentes condiciones, lo que permitió a los investigadores ver que una gran parte de la zona superior de su cuerpo blando había sido arrancada por un depredador. No hubo tanta suerte con el Proeryon, que se encontraba en malas condiciones y los investigadores creen que, además, estaba en proceso de muda.

Así, analizando sus posiciones, los investigadores sugieren que la belemnita estaba en proceso de cazar al crustáceo, o quizás la piel que se le estaba desprendiendo. Y, mientras lo hacía, la belemnita fue mordida por un depredador más grande, posiblemente un tiburón antiguo o un cocodrilo prehistórico. Resultó que la mordedura fue letal: la belemnita, con la piel del crustáceo aún en la boca, se hundió hasta el fondo del mar y murió.

A. Imagen del fósil / B. Esquema de las partes de los fósiles

Swiss Journal of Palaeontology (2021)
«Sorprendentemente, faltan la mayoría de las partes blandas de belemnita entre la corona del brazo y la tribuna calcítica», señalan los autores. «Sugerimos que esto representa los restos de una comida de un depredador vertebrado, posiblemente del tiburón del Jurásico Temprano
Hybodus hauffianus
. Esto es importante porque da pistas sobre el comportamiento de un cefalópodo y un depredador vertebrado». Según los investigadores, la recreación del escenario pudo ser así:

Klug et al., Swiss J Palaeontol., 2021
El equipo ha clasificado su descubrimiento como una ‘caída de sobras’, en la que el depredador deja caer parte de su comida. Una vez que la presa no consumida se hunde hasta el fondo, la existencia de menos carroñeros y corrientes más débiles hacen más probable que esos restos queden fosilizados. No es la primera vez que se encuentran restos de este tipo y, aunque estos fósiles puedan parecer menos valiosos que un animal completo, este tipo de huellas pueden incluso contener más información, como la causa de la muerte.