Con motivo del Congreso Internacional de Matemáticas (ICM) celebrado en Madrid en 2006, el matemático Andrew Granville escribió un artículo breve, muy recomendable, titulado Un buen milenio para los primos, en el que repasaba, con tono optimista, algunos de los más recientes avances y principales retos sobre la distribución de los números primos, tras muchos años de estancamiento. Lo que no sospechaba Granville es que siete años después le visitaría en la Universidad de Montreal un joven doctor con un ambicioso programa que cambiaría el panorama descrito en su texto. Nueve años más tarde, en otro ICM –en una de las pocas ceremonias presenciales celebradas, tras la cancelación del evento en San Petersburgo–, aquel joven, James Maynard (1987, Chelmsford, Reino Unido), ha recibido la medalla Fields, el galardón matemático más prestigioso, en reconocimiento a sus trabajos.