La física que nunca perdió su humanidad

En Viena, quizá la encarnación más perfecta de la Europa liberal, multilingüe y segura de sí misma de finales del siglo pasado, nació Lise Meitner en 1878. Sus aportaciones a la física, fruto de una equilibrada perspectiva teórica y experimental, son comparables a las de Marie Curie en química o a las de Emmy Noether en matemáticas. Su vida, marcada por la discriminación y el descrédito, también.

Seguir leyendo