La humedad aumenta la supervivencia del coronavirus en el aire hasta 23 veces más

Por 18/08/2020 Portal

Hasta la fecha está demostrado que el nuevo coronavirus que causa el Covid-19 se propaga a través de actividades respiratorias que van desde el estornudo o la tos a la simple charla o la respiración. Sin embargo, aún existe controversia acerca de si realmente se mantiene activo en el aire, aunque cada vez más indicios apuntan a esta hipótesis. Por ello, los físicos se afanan en saber cómo se transporta el virus SARS-CoV-2 por el aire y cuánto tiempo se mantiene activo.

Ahora, un grupo de científicos de la Universidad de Missouri acaban de publicar un nuevo estudio en la revista «Physics of Fluids» sobre cómo el flujo de aire y los fluidos afectan a las gotitas que se mantienen suspendidas y que pueden ser exhaladas por otras personas, infectándolas. Los cálculos de su modelo revelan, entre otras cosas, un efecto importante y sorprendente de la humedad: el aire húmedo puede alargar la vida útil del virus hasta 23 veces más para gotas medianas.

Las gotitas exhaladas con el aliento humano normal tiene diferentes tamaños, desde aproximadamente una décima parte de una micra hasta las 1.000 micras. A modo de comparación, un cabello humano tiene un diámetro de aproximadamente 70 micras, mientras que una partícula de coronavirus típica tiene menos de una décima parte de una. Las gotitas exhaladas más comunes tienen un diámetro de 50 a 100 micras.

El entorno y la evaporación
Las gotitas exhaladas por un individuo infeccioso contienen partículas de virus, así como otras sustancias, como agua, lípidos, proteínas y sal. La investigación tuvo en cuenta no solo el transporte de gotas a través del aire, sino también su interacción con el entorno circundante, particularmente a través de la evaporación. Así, el equipo consideró las fluctuaciones naturales de las corrientes de aire alrededor de la gota expulsada. Pudieron comparar sus resultados con otros modelos y con datos experimentales sobre partículas de tamaño similar a las gotas exhaladas. Su sistema mostró una concordancia similar a la de los datos del polen de maíz, que tiene un diámetro de 87 micras, aproximadamente el mismo tamaño que la mayoría de las gotas exhaladas.

La humedad afecta el destino de las gotas, ya que el aire seco puede acelerar la evaporación natural. En aire con 100% de humedad relativa, las simulaciones muestran gotas más grandes que tienen 100 micras de diámetro y que caen al suelo aproximadamente a dos metros de la fuente de exhalación. Las gotas más pequeñas, de 50 micras, pueden viajar más lejos, incluso hasta 5 metros en aire muy húmedo, una distancia que concuerda con estudios recientes que señalaban que existían virus viables a una distancia de 4,8 metros de pacientes infectados con COVID-19. Por el contrario, el aire seco puede retardar la propagación: a una humedad relativa del 50%, ninguna de las gotas de 50 micras viajó más allá de los 3,5 metros.

Los investigadores también crearon un modelo en el que imitaban el chorro creado por la tos. «Si la carga de virus asociada con las gotas es proporcional al volumen, casi el 70% del virus se depositaría en el suelo durante la tos», explica Binbin Wang, autor del estudio. «Mantener la distancia física remediaría significativamente la propagación de esta enfermedad al reducir tanto la deposición de gotitas sobre las personas como la probabilidad de inhalación de aerosoles cerca de la fuente infecciosa».