La mitad de las muertes por cáncer en el mundo se deben a factores de riesgo evitables

Algunos de los causantes del cáncer tienen nombre y apellidos. No todos, pero buena parte de ellos, sí. Nombre, apellidos y remedio. Porque son evitables, como ya recordaba en 2017 el oncólogo Josep Tabernero en una entrevista a EL PAÍS: “Cambiando los hábitos, ya se podrían reducir el 40% de los tumores”. Y no iba mal encaminado. Un estudio internacional publicado este jueves en la revista The Lancet dibuja el impacto real de estos carcinógenos: casi la mitad de las muertes por cáncer que se produjeron en el mundo en 2019 (4,45 millones), se deben a factores de riesgo evitables, como el tabaco, el alcohol, la obesidad, la polución, las dietas poco saludables o la exposición laboral a elementos nocivos como el amianto, entre otros. Hace unos meses, otro oncólogo, el francés Thierry Philip, apuntaba en la diana del gran enemigo: “Si los europeos menores de 20 años dejasen mañana de fumar, la mortalidad por cáncer se reduciría a la mitad en 50 años”.

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