La nave que viaja al Sol atraviesa la cola de un cometa

Por 02/06/2020 Portal

Es un encuentro único. La Solar Orbiter, una nave europea lanzada el pasado 10 de febrero y que actualmente se encuentra de camino al Sol, ha comenzado a cruzar la cola del cometa Atlas, una aventura que le llevará unos cuantos días. El artefacto aún no tenía entre sus funciones tomar datos científicos, pero los expertos de la misión han trabajado para garantizar que sus cuatro instrumentos más relevantes se enciendan durante la visita.

Solar Orbiter todavía se encuentra en una fase denominada puesta de servicio, en la que los científicos e ingenieros prueban su funcionamiento. No era hasta mediados de junio que la nave debía ser completamente funcional, pero el descubrimiento del encuentro con el cometa ha adelantado ese despertar. No es para menos, ya que atravesar por casualidad la cola de uno de estos objetos no es habitual en una misión espacial. Solo ha ocurrido seis veces con anterioridad y en todos los casos se supo después del evento. Esta será la primera ocasión que se predice de antemano gracias a Geraint Jones, del Laboratorio de Ciencias Espaciales Mullard de UCL, Reino Unido, quien se percató de lo que iba a ocurrir y advirtió a la ESA.

La Solar Orbiter está equipada con un conjunto de diez instrumentos en remoto e in situ para investigar el Sol y el flujo de partículas cargadas que libera al espacio: el viento solar. Afortunadamente, según explican desde la ESA en un comunicado, los cuatro instrumentos a bordo también son perfectos para detectar las colas del cometa porque miden las condiciones alrededor de la nave espacial, por lo que podrían devolver datos sobre los granos de polvo y las partículas cargadas eléctricamente emitidas por el cometa. Estas emisiones crean las dos colas del cometa: la cola de polvo que queda en la órbita del cometa y la cola de iones que apunta directamente al Sol.

Solar Orbiter, a 44 millones de kilómetros de Atlas, acaba de cruzar su cola de iones (del 31 de mayo al 1 de junio), y hará lo mismo con la cola de polvo el 6 de junio. Si la cola de iones es lo suficientemente densa, el magnetómetro del Orbitador Solar (MAG) podría detectar la variación del campo magnético interplanetario debido a su interacción con los iones en la cola del cometa, mientras que el Analizador de Viento Solar (SWA) podría capturar directamente algunas de las partículas de la cola.

Cuando Solar Orbiter cruce la cola de polvo, dependiendo de su densidad, que es extremadamente difícil de predecir, es posible que uno o más granos de polvo pequeños golpeen la nave espacial a velocidades de decenas de kilómetros por segundo. Si bien esto no supone un riesgo significativo, los granos de polvo se vaporizarán en el impacto, formando pequeñas nubes de gas o plasma con carga eléctrica, que podrían ser detectados por el instrumento Radio and Plasma Waves (RPW).

«Un encuentro inesperado como este proporciona una misión con oportunidades y desafíos únicos, ¡pero eso es bueno! Las oportunidades como esta son parte de la aventura de la ciencia», dice Günther Hasinger, director de Ciencia de la ESA. «Estamos listos para lo que sea que el cometa ATLAS tenga que decirnos», añade Daniel Müller, científico del Proyecto de la ESA para Solar Orbiter.

¿Y qué es lo que se va a encontrar la nave? Atlas fue descubierto el 28 de diciembre de 2019. Durante los siguientes meses, se iluminó tanto que los astrónomos se preguntaron si sería visible a simple vista en mayo. Lamentablemente, a principios de abril el cometa se fragmentó. Como resultado, su brillo también disminuyó significativamente, impidiendo el espectáculo. Una fragmentación adicional a mediados de mayo disminuyó aún más el cometa, lo que hace que sea menos probable que sea detectado por Solar Orbiter.

«Con cada encuentro con un cometa, aprendemos más sobre estos objetos intrigantes. Si Solar Orbiter detecta la presencia del cometa Atlas, aprenderemos más sobre cómo interactúan con el viento solar, y podemos verificar, por ejemplo, si nuestras expectativas de comportamiento de la cola de polvo concuerdan con nuestros modelos», explica el investigador. «Todas las misiones que se encuentran con cometas proporcionan piezas del rompecabezas».

Solar Orbiter está actualmente rodeando a nuestra estrella entre las órbitas de Venus y Mercurio, con su primer perihelio que tendrá lugar el 15 de junio, a unos 77 millones de kilómetros del Sol. En los próximos años, se acercará mucho más, dentro de la órbita de Mercurio, a unos 42 millones de kilómetros de la superficie solar. Mientras tanto, el cometa Atlas ya estará allí, acercándose a su propio perihelio, que se espera para el 31 de mayo, a unos 37 millones de kilómetros del Sol.

«Este cruce de cola también es emocionante porque sucederá por primera vez a distancias tan cercanas del Sol, con el núcleo del cometa dentro de la órbita de Mercurio», afirma Yannis Zouganelis, científico adjunto del proyecto de la ESA para el Orbitador Solar. Mirar un objeto helado en lugar del sol abrasador es ciertamente una forma emocionante e inesperada para que Solar Orbiter comience su misión científica.