Los perros «conquistaron» el continente americano junto a los hombres

Por 25/01/2021 Portal

Todas las evidencias halladas hasta la fecha apuntan a que el ser humano no es originario del continente americano, sino que la dispersión de la especie llevó allí a los primeros hombres hace unos 15.000 años. Fue en ese momento cuando nuestros antepasados cruzaron desde Siberia a través de Beringia (el istmo que actualmente está ocupado por el estrecho de Bering). Y, según una nueva investigación, no lo hicieron solos: iban acompañados de sus perros domesticados.

Un equipo internacional de investigadores dirigido por la arqueóloga Angela Perri, de la Universidad de Durham (Reino Unido) ha llegado a esta conclusión examinando antiguos registros arqueológicos y genéticos de personas y perros de la época que presentan evidencias de ascendencia del noreste de Asia. Los investigadores señalan que este descubrimiento señala que la domesticación de perros probablemente tuvo lugar por primera vez en Siberia hace 23.000 años o más y que, después, los hombres, junto con sus compañeros caninos, viajaron hacia el oeste de camino al resto de Eurasia y hacia el este dirigidos al Nuevo Continente.

«El cuándo y el dónde surgió la domesticación de perros ha sido una pregunta recurrente, pero nosotros también nos hemos fijado en el cómo y el por qué», señala Perri, quien acaba de publicar sus resultados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS). «Que la domesticación de perros ocurriera en Siberia responde a muchas de las preguntas que siempre nos hemos hecho sobre los orígenes de la relación entre humanos y perros».

Los orígenes de la domesticación: ¿Asia o Europa?
El continente americano fue una de las últimas regiones del mundo en ser poblado por las personas. Estudios anteriores apuntan a que mucho antes de este momento, los humanos ya habían domesticado a algunos lobos, y que esta especie ya desempeñaba diferentes roles dentro de las antiguas sociedades humanas. La corriente científica dominante sitúa el origen de la relación entre humanos y perros en algún momento entre hace 15.000 y 40.000 años en Asia o Europa, y lo describe como un proceso paulatino que llevó cientos o incluso miles de años, desde que los lobos se acercaran a los restos dejados por los humanos y, finalmente, acabaran comiendo de su mano.

«Lo único que sabíamos con certeza es que la domesticación de perros no tuvo lugar en América», explica Laurent Frantz, genetista en la Universidad Ludwig Maximilian (Munich) y coautor del estudio. «Por las firmas genéticas de los perros antiguos, ahora sabemos que deben haber estado presentes en algún lugar de Siberia antes de que la gente emigrara a América».

Por su parte, Greger Larson, profesor de la Universidad de Oxford, y otro de los autores del estudio, apunta: «Los investigadores han sugerido previamente que los perros fueron domesticados en Eurasia, desde Europa hasta China, y muchos lugares intermedios. Pero las nuevas pruebas indican ahora hacia Siberia y el noreste de Asia como la región donde probablemente se inició la domesticación de los perros».

Una posible reconstrucción de los hechos
La teoría de Perri y sus colegas es la siguiente: durante el Último Máximo Glacial (hace aproximadamente entre 23.000 y 19.000 años) Beringia, el puente terrestre que existía entre Canadá y Rusia, y la mayor parte de Siberia eran lugares extremadamente fríos, pero secos y sin glaciares. Las duras condiciones climáticas pudieron haber sido clave para el acercamiento entre humanos y lobos, ya que cazaban el mismo tipo de presas.

Poco a poco, las interacciones fueron creciendo: los cánidos empezaron a acercarse a los campamentos humanos y a comerse las sobras. De forma eventual, las personas comenzaron a alimentar a los lobos, hasta que las manadas más dóciles acabaron siendo domesticadas como perros, ayudándoles en tareas como la propia caza. «Hace mucho que sabemos que los primeros estadounidenses tenían habilidades de caza muy perfeccionadas y que sabían encontrar piedras y otros materiales para fabricar sus herramientas», afirma David Meltzer, arqueólogo de la Universidad Metodista del Sur (EE. UU.) y autor del artículo. «Los perros que los acompañaron a este mundo completamente nuevo bien podrían haber sido parte de su cultura, al mismo nivel que las herramientas de piedra que llevaron con ellos».

Desde su domesticación a partir de los lobos, los perros han desempeñado una amplia variedad de roles en las sociedades humanas, algunas vinculadas a la historia de las culturas de todo el mundo. «La investigación arqueológica y genética futura revelará cómo la relación mutua y emergente entre humanos y perros condujo finalmente al éxito de su dispersión por todo el mundo», señalan los investigadores. Es decir, que puede que debamos más de lo pensado a esos lobos que se acabaron dejando domesticar hace miles de años.