Ocho cosas que debes saber sobre Perseverance, el rover que buscará vida en Marte

Por 15/07/2020 Portal

En 1609, el italiano Galileo Galilei observó Marte con un telescopio primitivo, siendo el primero en utilizar la tecnología con fines astronómicos. Cincuenta años después, el astrónomo holandés Christiaan Huygens utilizó un telescopio más avanzado de su propio diseño para hacer el primer dibujo topográfico del planeta rojo. Desde entonces, la humanidad ha avanzado mucho en su conocimiento de nuestro vecino. Pero aún quedan muchas preguntas en el aire.

Si todo marcha según el plan previsto, en menos de un mes se lanzará la misión Perseverance Mars 2020. Concretamente, la NASA enviará el 30 de julio desde Cabo Cañaveral su nuevo rover, un vehículo equipado con la última tecnología y destinado a hacer historia. Su principal objetivo será dar respuesta precisamente a una de las preguntas que más han intrigado al ser humano desde hace siglos: ¿Hay o hubo algún tipo de vida en Marte? Aunque su cometido irá mucho más allá desde el momento en el que ponga sus ruedas en el suelo, lo que previsiblemente ocurrirá en febrero de 2021.

«Nos acercaremos más que nunca a responder a viejas preguntas de la ciencia sobre el Planeta Rojo, incluida la de si alguna vez surgió vida allí», explica en un comunicado
Lori Glaze, directora de ciencia planetaria en la sede de la NASA en Washington. Aquí, ocho cuestiones para saberlo todo acerca de una de las misiones más importantes del año.

1. Superando dificultades
Toda misión conlleva una serie de retos que se pueden clasificar en dos: los que se prevén de antemano y los que van surgiendo en el camino. Así, Perseverance Mars 2020 -con un presupuesto de 2.500 millones de dólares- tiene contemplado llevar la última tecnología y ciencia al árido y rocoso planeta marciano, en el que las sondas tienen que realizar peligrosos aterrizajes. Pero ahí no se acabará su papel, ya que por primera vez recolectará muestras de rocas y sedimentos que en un futuro cercano volverán a la Tierra para ser analizados en nuestros laboratorios con el fin de ayudar en la exploración humana más allá de la Luna.

Pero con lo que no se contaba era con una pandemia mundial que confinaría en sus casas al 80% del planeta, incluidos muchos de los científicos que trabajan en ultimar la misión. «Construir este rover es la cosa más difícil a la que me he tenido que enfrentar como ingeniero», explica Ray Baker, gerente del sistema de vuelo de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA en el sur de California. «Aunque el coronavirus sumó desafíos y logística significativos, el equipo ha demostrado una gran determinación y diligencia para construir un rover del que podemos estar orgullosos de enviar a Marte».

2. Las lecciones aprendidas de sus predecesores
El primer rover de la NASA, el modesto Sojourner, demostró en 1997 que un robot podía moverse por Marte. Sus sucesores, el Spirit y Opportunity, que aterrizadon en 2004, encontraron pruebas de que el planeta una vez albergó agua antes de convertirse en un desierto helado. Curiosity, que ha estado explorando el Planeta Rojo desde 2012, descubrió que donde aterrizó su sonda, el cráter Gale, fue un enorme lago hace miles de millones de años, con un entorno que podría haber soportado la vida microbiana.

El Perseverance tiene como objetivo dar el siguiente paso y confirmar que la vida, efectivamente, pobló alguna vez Marte. Si es que lo hizo. «Sabemos que el agua fluyó una vez, pero la pregunta sigue siendo: ¿por cuánto tiempo?», afirma el astrofísico Francis Rocard en su reciente ensayo «Últimas noticias de Marte», según recoge AFP. «Ni siquiera sabemos cuánto tiempo tardó la vida en aparecer en la Tierra».

3. Un lugar de aterrizaje con potencial
Con unos 45 kilómetros de diámetro, el cráter Jezero, al borde occidental de la cuenca gigante de Isidis Planitia, al norte del ecuador marciano, es el lugar escogido por la NASA para escribir el siguiente punto de la historia. Y justo se la elegido esa zona porque en algún momento hace 3.000 o 4.000 millones de años -cuando los científicos sospechan que pudo haber vida en Marte-, un río fluyó por aquellas tierras.

«El equipo científico ha tenido muchas discusiones sobre dónde debe ir el próximo rover de Marte», afirma Ken Farley, científico del proyecto de la misión. «Finalmente elegimos Jezero porque es un lugar muy prometedor para encontrar moléculas orgánicas y otros signos potenciales de vida microbiana».

De momento, los orbitadores sobre Marte han estado recolectando imágenes y otros datos del cráter Jezero desde unos 300 kilómetros, pero encontrar signos de vida antigua en la superficie requerirá una inspección mucho más cercana, lo que hace de Perseverance la herramienta perfecta.

4. ¿Y si Marte nunca albergó vida?
Aunque hay muchos indicios de que la vida pudo desarrollarse en Marte, aún no hay evidencia biológica directa. Por eso, la respuesta a la pregunta de si el planeta rojo alguna vez conoció la vida puede ser un rotundo «no». Aún en este escenario, esa pista «podría enriquecer toda nuestra comprensión de cómo se desarrolló la vida en nuestro propio planeta», explica Jorge Vago, portavoz de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Así que en el peor de los escenarios, la respuesta siempre será útil.

5. No solo biología: también geología y meteorología
Pero la cuestión de si Marte albergó vida (o no) no solo depende de hallar restos, sino que habrá que comprender también las condiciones climáticas pasadas de nuestro vecino y leer la historia geológica incrustada en sus rocas para entender cómo surgió.

Por ejemplo, debido al cambio de la tectónica de placas debajo del núcleo de la Tierra, es extremadamente difícil encontrar rastros de vida aquí antes de hace 3.500 millones de años. Marte, que es una especie de planeta «cápsula del tiempo», ya que no tiene placas tectónicas, alberga la posibilidad de que se conserven allí signos de vida de 4.000 millones de años que serían imposibles de encontrar aquí. Además, Perseverance arrojará pistas acerca de cómo nuestro planeta y nuestro vecino, que se formaron a partir del mismo material primordial, terminaron siendo tan diferentes.

6. Primera fase de un viaje de ida y vuelta
Una de las principales novedades de la misión Perseverance Mars 2020 es que llevará el primer vehículo capaz de recolectar muestras de rocas y sedimentos de las que empaquetará los restos más prometedores para que en un futuro cercano sean enviados a la Tierra.

La NASA y la ESA ya planean una misión de retorno de muestras de Marte con el objetivo de analizarlos en profundidad en los laboratorios terrestres, que podrían determinar efectivamente si en nuestro vecino rojo alguna vez se dieron las condiciones en las que la vida se abrió paso.

7. Abriendo paso a la exploración espacial humana
La mision también servirá para probar algunos sistemas de navegación que podrían ser la clave en los nuevos viajes de la humanidad tanto a la Luna como al propio Marte. Por ejemplo, el programa de navegación que ayuda de forma autónoma al rover a evitar riesgos durante el aterrizaje, o el conjunto de sensores de Mars Science Laboratory Entry, Descent, and Landing Instrumentation 2 (MEDLI2), que recopilan datos cruciales durante el viaje a través de la atmósfera marciana, ayudará a las futuras misiones humanas.

Pero no acaba ahí: el sistema de inteligencia artificial mejorado para la conducción autónoma y el conjunto de instrumentos Mars Environmental Dynamics Analyzer ( MEDA ), que proporcionarán información clave sobre el clima, la meteorología y las tormentas de polvo marcianas; por otro lado, la tecnología Mars Oxygen In-Situ Resource Utilization Experiment ( MOXIE ) tiene como objetivo producir oxígeno a partir de la atmósfera de dióxido de carbono de Marte, demostrando una forma en que los futuros exploradores podrían producir oxígeno para el propulsor de cohetes y para su propia respiración.

8. Marte como nunca antes se había visto
Tanto la sonda Mars 2020 como el rover que transporta cuentan en total con 23 cámaras, más que cualquier otra misión interplanetaria en la historia. Con ellas se podrá conseguir una vista de alta definición del proceso de aterrizaje, y entregarán imágenes del paisaje y especímenes científicos con un detalle impresionante. Y al igual que con las misiones anteriores de Marte, esta planea hacer que las imágenes en bruto y procesadas estén disponibles en el sitio web de la misión, al alcance de toda la comunidad científica.

Un cohete Long March despega del Centro de Lanzamiento de Satélites Xichang en Xichang, en la provincia de Sichuan, suroeste de China, en junio de 2020Las otras misiones a Marte
La misión de la NASA Mars 2020 no será la única que parta de la Tierra a Marte este verano, ya que por estas fechas tendrá lugar una alineación óptima entre los dos planetas que solo se da cada 26 meses. Antes lo hará e primer rover chino, el Tianwen-1 Mars, que despegará desde la isla de Hainan, frente a la costa sur de China, entre el 20 y el 25 de julio, según informó hace unas semanas el Centro de Lanzamiento de Satélites Xichang. La misión Tianwen-1, que toma su nombre de un antiguo poema chino, consta de un orbitador, un rover y un módulo de aterrizaje, y entre sus objetivos se encuentra recolectar muestras de nuestro vecino. La sonda utilizará un cohete Long March 5 y se espera que llegue a Marte en algún momento de febrero de 2021.

Por otro lado, Emiratos Árabes Unidos lanzará a finales de esta misma semana la sonda «Hope» («Esperanza» en inglés), que estudiará el clima y la atmósfera de Marte, además de arrojar luz «sobre las causas que llevaron a la desaparición del agua y a las oportunidades de que haya vida en el planeta rojo», han afirmado desde un comunicado los responsables.