Corría el año 1990 cuando Pedro Duque, por aquel entonces ingeniero destinado en el Centro Europeo de Operaciones Espaciales en Darmstadt (Alemania) dependiente de la Agencia Espacial Europea (ESA), se postuló para ser astronauta. «¿Cómo no me iba a presentar? Era una oportunidad única que seguramente solo se me presentaría una vez», recordaba este miércoles en un evento online en el que explicó todos los pormenores de la próxima convocatoria de la ESA para optar a un puesto de astronauta. Dos años más tarde de aquella inscripción, en 1992, el actual ministro de Ciencia e Innovación se convertía oficialmente en astronauta. Y no en uno cualquiera: sería el primer español que iría al espacio con la ESA, en el 98, con el transbordador Discovery; y el primer astronauta patrio en visitar la Estación Espacial Internacional (ISS), en 2003. Hoy, más de dos décadas después, puede que el segundo astronauta español acabe de enviar su candidatura a la web de la ESA. ¿O es posible que sea la primera española en conseguir el puesto?
«Ojalá ocurra», afirmaba Duque durante su intervención, en la que desgranaba los requisitos de agencia espacial para la selección de la nueva veintena de astronautas europeos, quienes están llamados a importantes gestas. «Está prevista la construcción de una estación espacial que orbite la Luna y desde la que después los humanos volverán de nuevo a su superficie. Y esperamos que esta generación, o quizás la siguiente, sea la que ya empiece a preparar los vuelos tripulados a Marte».
En concreto, la convocatoria, que se abrirá el 31 de marzo y terminará el 28 de mayo de este mismo año, señala como requisitos indispensables contar con estudios de máster y experiencia laboral de tres años en ámbitos como las matemáticas, la ingeniería, la medicina, las ciencias naturales o computacionales; o bien tener un título como piloto de prueba experimental y/o ingeniero de prueba de una escuela oficial de pilotos de pruebas experimentales.
En cuanto a los requisitos físicos, tal y como recalcaba Duque: «No se buscan ‘superpersonas’, sino ‘personas supernormales’, así que las pruebas físicas no serán muy duras. Se pide una buena salud física en general de alguien que hace deporte, pero no atletas de élite». Otras condiciones son tener la ciudadanía de un país miembro y, «por supuesto, dominar el inglés», indicaba el ministro, que también consideraba importante tener varias habilidades (como capacidad de trabajo analítico, ser operativo o desenvolverse bien en equipo) y «tener el espíritu abierto para aprender el resto».
La parte más complicada
Él mismo aconsejaba a los candidatos «mostrarse dispuestos a todo», demostrando «el suficiente entusiasmo y las ganas de aprender». Según explicó, ser astronauta requiere «trabajar en diferentes áreas», y ser resolutivo no solo en desempeñar una acción pautada, sino en saber responder desde una simple avería técnica hasta «que un meteorito que atraviese la ISS»: «El miedo no cabe en ese momento porque las acciones se han repetido tantas veces que casi son mecánicas. Al menos dos personas en la tripulación saben qué hacer en cada situacion, por lo que es importante contar con varios tipos de personalidad en el equipo».
De hecho, para Duque, precisamente la parte más complicada de ser astronauta es la repetición de los ejercicios y maniobras hasta casi la extenuación. «Hay que entender que en una actividad como la espacial no vale con estar al 95%, sino siempre al 100%. Y no solo tú, toda la tripulación entera, lo que multiplica seguramente por diez el número de veces que hay que hacer los ejercicios hasta que salgan perfectos. Porque la seguridad de todos depende de ello», explicaba.
Duque añadía, además, que esta convocatoria será muy diferente a la que él vivió: «Han cambiado muchas cosas, desde la forma de selección, que antes tenía una parte que la realizaba el propio país -y que ahora está completamente centralizada desde la ESA-, a la tecnología o los destinos donde irán los seleccionados». Así, entre otros asuntos, se está poniendo mucho hincapié en la participación de las mujeres en la selección («Todavía queda mucho para alcanzar la igualdad en este ámbito», señalaba el ministro), además de que, por primera vez, se escogerán uno o dos candidatos con alguna discapacidad física.
En cuanto al hecho de las probabilidades de que un español
(o española) sea elegido astronauta de la ESA, Duque afirmaba que «ser español solo es positivo», ya que nuestro país lleva contribuyendo significativamente a la agencia espacial «desde casi sus comienzos, hace 50 años». Quizá los siguientes Neil Armstrong o Valentina Tereshkova españoles estén entre los elegidos.