Filosóficamente hablando, el universo es todo. Eso quiere decir que no se puede expandir hacia nada porque no hay nada que no sea el universo. Para entender esto se suele plantear la analogía de que el Big Bang, la llamada explosión que dio origen al universo, no es como una bomba nuclear que parte de un punto central y tiene una expansión radial. El Big Bang, y no solo ese inicio del universo sino también la expansión del cosmos desde entonces, se parece más a la superficie de un globo que se hincha: todo se separa de todo. Una primera aproximación es esa, imagínate las galaxias en la superficie de un globo o de una pelota que se inflan. Todo se distancia de todo, no hay un punto que tenga una significación geométrica particular. Todos son equivalentes.