El ingeniero químico saudí Sakhr Alhuthali leyó con amargura la noticia de que instituciones de su país pagan a científicos españoles para hacer trampas en el ranking de las mejores universidades del mundo. Él ya lo sabía. Tras leer el artículo, publicado en la edición en inglés de EL PAÍS, Alhuthali, investigador de la Universidad Rey Abdulaziz en la ciudad saudí de Yeda, decidió contar todo lo que sabe, porque considera que los primeros perjudicados por este fraude son los investigadores locales honestos y los ciudadanos saudíes. “Para algunas universidades árabes, una colaboración académica significa pagar en privado a un científico extranjero para que declare falsamente que su lugar de trabajo principal es esa universidad”, comienza Alhuthali por videoconferencia.