La exposición prolongada a dosis bajas de radiaciones ionizantes está asociada a un mayor riesgo de muerte por cáncer de lo que se pensaba hasta ahora, según un estudio con casi 310.000 trabajadores de la industria nuclear en Francia, Reino Unido y Estados Unidos. La tasa de mortalidad por tumores sólidos aumenta un 52% a los 10 años por cada gray acumulado, una unidad de radiación absorbida que equivale a unas 10.000 radiografías del tórax. El riesgo individual, sin embargo, sigue siendo muy bajo.