En las gélidas aguas del Océano Austral ha vivido oculta una criatura que sorprende a la comunidad científica, la ‘ Promachocrinus fragarius’ , una especie de estrella de plumas de mar de la que no se tenía registro, cuyo hallazgo reconfirma que el fondo marino es un reservorio de misterios para el hombre. En un lenguaje menos técnico a la criatura se le conoce como ‘estrella de pluma antártica’, un nombre derivado del lugar donde ha sido descubierta, por investigadores de la Universidad de California, Estados Unidos, del grupo al que pertenece y de su peculiar morfología. La nueva especie pertenece a la clase Crinoidea que se caracteriza por su aspecto ramificado, como es el caso de las estrellas, los erizos y los pepinos de mar, así como de los llamados dólares de arena. Noticias Relacionadas estandar No Descubren en una mina un zapato de niño de más de 2.000 años en ‘excepcional’ estado de conservación ABC estandar No Hallan un nuevo virus en las profundidades de la Fosa de las Marianas José Manuel Nieves Si ya el solo descubrimiento de una nueva especie es un logro científico, en este caso se añade la sorprendente morfología de este ejemplar marino: 20 ‘brazos’ y un aspecto alienígena en el que resalta una protuberancia en forma de fresa, de ahí el término ‘Fragarius’ en su denominación, pues deriva de la palabra en latín ‘Fragum’, que en castellano significa fresa. «La estrella de pluma antártica es una criatura marina con ’20 brazos’, algunos irregulares, otros plumosos y, en total, pueden medir hasta 20 centímetros de largo», es la descripción hecha por el científico Greg Rouse, quien , junto a Emily McLaughlin y Nerid Wilson, escribió el reporte del hallazgo publicado el pasado mes de julio en la revista ‘Invertebrate Systematics’. En su investigación, los científicos reconocen la «apariencia de otro mundo« del nado de las nuevas estrellas de plumas antártica. Asimismo, explican sus investigaciones en la Antártida se realizaron entre 2008 y 2017 y estaban dirigidas a identificar animales marinos ‘crípticos’ o estrellas de plumas pues hasta entonces se sabía de la existencia de una, la ‘Promachocrinus kerguelensis’, pero ya sospechaban que habían más. La sorprendente ‘Promachocrinus fragarius’ puede variar de color de púrpura a rojizo oscuro , fue encontrada entre 65 y aproximadamente 1.170 metros debajo de la superficie y tiene la capacidad de nadar hasta los 1.100 metros. Además, al igual que las de su especie, se aferra a las rocas y al extender sus brazos de hasta 30 centímetros cubiertos por una sustancia pegajosa atrapa plancton. Los científicos destacan que la identificación de la inusual variedad de estrellas de plumas les ha permitido reconocer otras cuatro nuevas especies del mismo grupo, con lo que ya suman ocho los tipos clasificados por la ciencia. «Pasamos de una especie con 20 brazos a ahora ocho especies: seis con 20 brazos y dos con 10 bajo el nombre Promachocrinus», precisó Rouse.