Algo mucho más antiguo que la política se derrumbó también en 2019 en Bolivia. Una lluvia torrencial de primavera desmoronó entonces parte de los barrancos de un río, dejando al descubierto unas 350 huellas de dinosaurios en el departamento de Tarija, al sur del país andino. La investigación, publicada recientemente, revela “una auténtica guardería de dinosaurios”. Así la define uno de los autores, el paleontólogo argentino Sebastián Apesteguía, quien junto al resto de los científicos implicados en el descubrimiento reclama una protección y conservación adecuada de las huellas, que se mantienen a la intemperie y expuestas a desaparecer debido a nuevos derrumbes.