Sin que ni siquiera nos demos cuenta de ello, la Tierra es golpeada prácticamente a diario por radiación gamma procedente de poderosos estallidos lejanos. Muchas de esas explosiones son leves y duran poco tiempo, pero a veces, una llamarada gigante llega hasta nuestra galaxia, con una energía que empequeñece a la del mismísimo Sol. De hecho, las explosiones de rayos gamma, GRB por sus siglas en inglés (Gamma Ray Bursts) se encuentran entre los eventos más poderosos y energéticos de todo el Universo. El pasado mes de octubre, una estrella moribunda explotó, y al hacerlo lanzó directamente hacia la Tierra el mayor estallido de rayos gamma de la historia. Setenta veces más potente que cualquier otro GRB registrado hasta ahora, el evento, cuyo nombre oficial es GRB 221009A, ha sido bautizado por los científicos como BOAT (brightest of all time), que significa ‘el más brillante de todos los tiempos’. El hallazgo, llevado a cabo por un equipo internacional de astrónomos, se ha publicado en un número especial de once artículos en ‘ The Astrophysical Journal Letters ‘ «El brillo excepcional de este estallido de rayos gamma -afirma James Leung, astrofísico de la Universidad de Sidney y coautor de uno de los trabajos- significó que los astrónomos pudieron estudiarlo con un detalle sin precedentes, en tiempo real a medida que la luz llegaba desde esa galaxia distante. Lo cual nos dio una oportunidad de oro para probar modelos físicos intrincados que describen lo que sucede antes, durante y después de la muerte de una estrella». La poderosa señal de GRB 221009A estuvo viajando durante aproximadamente 1.900 millones de años antes de que pudiéramos verla desde la Tierra. Y cuando llegó, se mantuvo brillante durante diez horas seguidas (la mayoría de los GRB apenas duran unos segundos), lo que le convierte, además, en uno de los estallidos gamma más largos que se conocen. La ‘fuente’ de los GRB Los astrónomos creen que los GRB son un tipo de ‘grito de nacimiento’ de los agujeros negros. Las estrellas muy masivas, en efecto, cuando llegan al final de sus vidas y ya no generan en su núcleo la energía necesaria para soportar su propio peso, colapsan, hundiéndose sobre sí mismas y dando lugar a un agujero negro. Durante este proceso suceden dos cosas: la primera, el colapso genera una enorme explosión, una supernova; y la segunda, el agujero negro resultante nace en el interior de una masiva nube de gas y polvo residual, que empieza a engullir rápidamente. Lo que viene a continuación se ha observado muchas veces, pero sigue siendo un misterio científico el por qué sucede: el agujero negro expulsa dos poderosos chorros de radiación gamma de alta energía que viajan casi a la velocidad de la luz, en direcciones opuestas. Estos súbitos estallidos cósmicos apenas duran unos segundos, pero son tan potentes que eclipsan por un momento el brillo de toda la galaxia que los contiene. Hasta ahora se conocen unos 12.000, y fue precisamente uno de esos ‘chorros’ lo que golpeó nuestro sistema solar en octubre del año pasado. Detectores cegados El estallido activó detectores en numerosas naves espaciales, y los observatorios de todo el mundo lo siguieron para recopilar el mayor número posible de detalles. El inusitado brillo de BOAT cegó a muchos de los instrumentos que lo registraron, por lo que su brillo no pudo determinarse entonces con total precisión. Ahora, y tras analizar todos esos datos, midiendo y volviendo a medir el brillo del GRB los astrónomos han podido decir que fue 70 veces más brillante que cualquier otro evento GRB registrado en la historia. «GRB 221009A -explica Eric Burns, autor principal de uno de los artículos – fue probablemente el estallido más brillante de energías de rayos X y rayos gamma desde que comenzó la civilización humana«. Los investigadores creen que la probabilidad de que un evento como este vuelva a ocurrir es apenas de una vez cada 10.000 años. ¿Dónde está la supernova? Generalmente, unas semanas después de producirse esta clase de explosiones cósmicas, los astrónomos detectan en el lugar una brillante supernova. Pero hasta ahora no han podido observar la que se supone que está asociada al GRB 221009A. Una de las posibles razones es que el GRB apareció en una parte del cielo que está solo unos pocos grados por encima del plano de nuestra propia galaxia, donde las espesas nubes de polvo pueden atenuar en gran medida la luz entrante. MÁS INFORMACIÓN noticia No Pablo Álvarez, astronauta: «Se me pone la carne de gallina si pienso en pisar la Luna» «No podemos decir de manera concluyente que hay una supernova -explica Andrew Levan, primer firmante de otro de los artículos – lo cual es sorprendente dado el brillo del estallido«. Dado que las nubes de polvo se vuelven más transparentes en las longitudes de onda infrarrojas, Levan dirigió observaciones en el infrarrojo cercano y medio utilizando los telescopios espaciales James Webb y Hubble para detectar la supernova. «Si está ahí -dice el científico- es muy débil. Planeamos seguir buscando, pero es posible que toda la estrella colapsara directamente en el agujero negro en lugar de explotar». Nuevas observaciones adicionales de Webb y Hubble durante los próximos meses podrían ayudar a resolver la cuestión.