Doble muerte por decapitación hace 240 millones de años

En la era de los dinosaurios , muchos reptiles marinos tenían cuellos extremadamente largos en comparación con los reptiles actuales. Esos cuellos estilizados les eran muy útiles para capturar a sus presas, pero también los hacían vulnerables a los depredadores. Un equipo internacional de paleontólogos ha confirmado que, literalmente, los decapitaban. Los investigadores estudiaron los cuellos inusuales de dos especies del genéro Tanystropheus, un tipo de reptil del Triásico medio que vivía en aguas someras y se alimentaba de animales más pequeños que probablemente cazaba en emboscada. Estaba relacionado lejanamente con cocodrilos, aves y dinosaurios. Una de de las especies podía llegar a los 6 metros de largo y vivía de peces y calamares. La otra, de metro y medio, prefería los animales de caparazón blando. «El cuello medía tres veces la longitud del torso en ambas especies. En el ejemplar más grande alcanzaba 1,5 metros, mientras que en el pequeño tenía unos 30 centímetros», explica a este periódico Eudald Mujal, del Museo de Stuttgart en Alemania e investigador asociado del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont. Pero esta ventaja evolutiva también pudo ser el telón de Aquiles de estos animales, al no darse cuenta de que los depredadores podían atacarlos. Noticia Relacionada estandar Si Tim White, paleoantropólogo: «Nos pusimos de pie al emparejarnos. Ese fue el principio de nuestro éxito» Judith de Jorge El investigador estadounidense, descubridor de algunos de los fósiles más famosos de la evolución humana, se ha mudado a Burgos para averiguar cómo nuestro linaje conquistó la Tierra Esta hipótesis había sido representada hace casi 200 años en una famosa pintura de Henry de la Beche de 1830, la primera representación pictórica de una escena de vida prehistórica basada en evidencias fósiles. En ella se aprecia cómo un depredador ataca a un reptil marino por el cuello. Pero hasta ahora había sido solo una especulación. No había evidencias conocidas de decapitación hasta este estudio. ‘Duria Antiquior’, acuarela de Henry De la Beche pintada en 1830 Wikipedia Los investigadores examinaron los huesos fosilizados de dos especímenes, uno de cada especie, con sus cuellos cortados y con claras marcas de mordeduras, en un caso justo donde se rompió el cuello. Según explican en ‘Curren Biology’, los hallazgos ofrecen una evidencia «espantosa y extremadamente rara» de interacciones depredador-presa en el registro fósil que se remonta a hace más de 240 millones de años. Los dos ejemplares tenían cabezas y cuellos bien conservados que terminaban abruptamente. Los investigadores están convencidos de que fueron arrancados de un mordisco. Rastros de dientes «Algo que nos llamó la atención es que el cráneo y la parte del cuello conservados no han sido alterados, mostrando solo alguna desarticulación debido a la descomposición típica de un cadáver en un ambiente tranquilo», apunta Mujal. «Solo se conservan el cuello y la cabeza; no queda nada del resto de los animales. Los cuellos terminan abruptamente, lo que indica que fueron completamente cortados por otro animal durante un evento particularmente violento, como lo demuestra la presencia de rastros de dientes», describe. ¿Quién fue el depredador? En la especie pequeña, cualquier reptil marino de tamaño medio o un incluso un pez predador. En la especie grande, alguno de estos reptiles marinos de la zona: Nothosaurus (representado en la ilustración), Cymbospondylus (un ictiosaurio), o Helveticosaurus (un animal enigmático de morro corto). «El hecho de que la cabeza y el cuello estén tan intactos sugiere que cuando llegaron al lugar de su entierro final, los huesos aún estaban cubiertos por tejidos blandos como músculos y piel», continúa Mujal. «Claramente no fueron alimento del depredador. Tendría sentido que los depredadores estuvieran menos interesados en el cuello delgado y la cabeza pequeña, y en cambio se concentraran en las partes mucho más carnosas del cuerpo. En conjunto, estos factores hacen que sea más probable que ambos individuos hayan sido decapitados durante la caza y no hayan sido víctimas de la carroña, aunque esto nunca puede excluirse por completo en fósiles tan antiguos». A pesar de que el cuello largo pudo haber sido ocasionalmente una desventaja para estos animales, «era una estrategia evolutiva muy exitosa en reptiles marinos durante el Mesozoico (la era de los dinosaurios)», recuerda Mujal, «ya que distintos grupos de reptiles desarrollaron cuellos muy largos, cubriendo un intervalo de tiempo de unos 175 millones de años». De hecho, Tanystropheus se encuentra en distintas localidades esparcidas por casi todo el mundo, en un intervalo de tiempo de unos 10 millones de años. MÁS INFORMACIÓN noticia No La redistribución humana del agua está haciendo que la Tierra se incline más de lo que debería noticia Si Un único fotón basta para poner en marcha la fotosíntesis La investigación muestra que la evolución es un juego de compensaciones.. La ventaja de tener un cuello largo superó claramente el riesgo de ser el objetivo de un depredador durante mucho tiempo.