Un equipo de geoquímicos de Estados Unidos y Canadá acaba de hacer un hallazgo excepcional: pequeñas ‘bolsas de agua’ de un antiquísimo océano de hace 390 millones de años, atrapadas en el interior de rocas de pirita halladas al norte del estado de Nueva York. Un descubrimiento que ayudará a comprender mucho mejor cómo los océanos de la Tierra evolucionan y se adaptan a las diferentes condiciones climáticas de cada momento. Las diminutas cantidades de agua halladas por los científicos pertenecen a un mar interior que estuvo poblado por grandes peces acorazados, amonites, escorpiones marinos gigantes y trilobites. El hallazgo, publicado en ‘Earth and Planetary Science Letters’, ha permitido el estudio detallado de algunos de los restos más antiguos de agua encontrados hasta ahora. El agua de ese océano ha permanecido escondida durante todo este tiempo en rocas de pirita de hierro en el norte de Nueva York, y fue detectada por un equipo de geoquímicos que investigaban un importante problema ambiental: la liberación de arsénico tóxico por parte de las rocas mediante un proceso llamado lixiviación. Durante su trabajo, los investigadores notaron pequeños defectos en forma de grupos de esferas en los cristales de pirita, conocidos como framboides. «Primero -afirma Sandra Taylor, del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico (PNNL) y primera firmante del artículo- observamos esas muestras a través del microscopio electrónico, vimos esas mini burbujas dentro del framboide y nos preguntamos qué eran». De Michigan a Ontario Combinando diferentes técnicas de espectrometría de masas con pulsos láser y haces de electrones, los científicos pudieron confirmar que, efectivamente, había agua salada atrapada en las rocas, y que su perfil químico coincidía con el del antiguo mar interior del área. Los minúsculos depósitos, de menos de diez micrómetros, bastaron también para que Taylor y sus colegas pudieran inferir las condiciones en las que se formaron. Durante el Devónico medio, hace casi 400 millones de años, este antiguo océano se extendía desde donde hoy se encuentra Michigan hasta Ontario, en Canadá. Sus arrecifes rivalizaban en tamaño con la Gran Barrera de Coral de Australia, y en ellos vivían criaturas parecidas a los trilobites y los primeros tipos de cangrejos de herradura, que tenían aquí su hogar submarino. Una nueva técnica No resulta raro que los minerales y las gemas contengan líquidos atrapados, pero rara vez es posible analizarlos a una escala tan pequeña como esta. Por lo general, se requiere sal de roca o halita para descubrimientos de este tipo, pero Taylor y su equipo han desarrollado una técnica similar para la pirita, que es mucho más abundante. «Los depósitos de sal del agua de mar atrapada -explica el geoquímico Daniel Gregory, de la Universidad de Toronto y coautor de la investigación- son relativamente raros en el registro de rocas, por lo que faltan millones de años en los registros, y lo que sabemos actualmente se basa solo en algunas localidades donde se encontró halita». MÁS INFORMACIÓN noticia No El hallazgo de un diminuto cerebro de más de 500 millones de años desafía los libros de texto noticia No La ‘alfombra de baño’ sin boca ni tripa que comía con todo su cuerpo Hace 390 millones de años, de forma lenta y gradual, el clima cambió y ese antiguo mar interior se secó, y los fósiles atrapados en su sedimento se convirtieron en las rocas de pirita analizadas en este trabajo cientos de millones de años más tarde. A través del estudio de estos depósitos minerales, los investigadores tienen la intención de aprender más sobre cómo el océano se las arregló con el aumento de las temperaturas, lo que dará valiosas indicaciones sobre cómo podría desarrollarse un escenario similar en la actualidad.