Desde hace siglos, una tradición del mundo del ilusionismo es combatir timos de charlatanes que buscan embaucar al público crédulo, como el espiritismo de los psíquicos o la clarividencia de los echadores de cartas. La leyenda del escapismo Houdini a finales del XIX, el ilusionista James Randi en el XX o los escépticos profesionales Penn & Teller en la actualidad, dedicaron su vida a desmontar engañifas de toda índole. Pero, como buenos magos, nunca dejaron de prestar atención a la necesidad del espectador por buscar el asombro, incluso cuando se sabe manipulado.