Hay animales que viven mucho tiempo, como las tortugas o las ballenas boreales. Otros parecen inmunes al cáncer, como los elefantes o el ratopín rasurado. Los hay que ni cortándoles la cabeza dejan de regenerarse, como las planarias. Hay incluso unos bichitos microscópicos, los tardígrados, que sobrevivirían a casi todos los cataclismos imaginables. Pero no hay otro animal que sea capaz de hacer lo que hacen algunas especies de medusas: una vez que llegan a la edad adulta pueden deshacer el camino, volviendo a ser jóvenes. Ahora, investigadores de la Universidad de Oviedo han secuenciado su genoma, desvelando las claves para que sea biológicamente inmortal. Esto podría dar pistas para el envejecimiento y el deterioro celular en otras especies, como la humana.