La humanidad puede estar hoy un paso más cerca de demostrar que hubo vida en Marte. La respuesta final depende de varias muestras de rocas y tierra recogidas por el vehículo de exploración Perseverance de la NASA en el cráter Jezero. Esta gran cuenca fue formada por el impacto de un meteorito y hace unos 3.500 millones de años albergó un enorme lago del que fluía un río.
Encontrar vida en Marte será «durísimo»
Fernando Rull es investigador del espectrómetro láser que llevará a bordo del vehículo de exploración marciana Rosalind Franklin, desarrollado por la Agencia Espacial Europea y que despegará hacia Marte en 2028. La misión ha sufrido importantes retrasos debido a la guerra de Ucrania. El experto destaca la importancia del hallazgo de Perseverance, pero advierte de que hay que ser muy cautos, pues “que haya compuestos orgánicos no quiere decir que sean de origen biológico, podrían ser causa de procesos geoquímicos”. El futuro rover europeo tendrá una gran ventaja. “Por primera vez podremos perforar hasta dos metros en el suelo y sacar muestras”, explica Rull. “A esa profundidad es mucho más probable que los compuestos orgánicos estén bien preservados porque no les alcanza la radiación que sí hay en la superficie”, detalla. Aun así, el Rosalind Franklin no tiene capacidad de guardar muestras para traerlas a la Tierra, así que será muy complejo y largo encontrar pruebas concluyentes de vida in situ. “Va a ser una cuestión científica durísima”, concluye Rull.