Llega el verano al hemisferio norte y con él los incendios que asolan los bosques en España, Estados Unidos y otras zonas del planeta. Pero el fuego no es el único enemigo de los árboles. Hay otra amenaza que los está matando más lentamente. Empezó a finales del siglo XVIII, con la llamada Revolución Industrial y sus crecientes emisiones de efecto invernadero. Su acumulación en la atmósfera está calentando el planeta y sus consecuencias se están notando ahora: hay selvas donde la esperanza de vida forestal se ha reducido a la mitad. Y en otras, los eventos de mortandad provocados por las sequías, se han multiplicado en la última década.