Los niños también sufren migrañas y otras cefaleas: “Mamá, es como si me diesen martillazos en el ojo derecho”

Adrián Hueso, de 12 años, diagnosticado de cefalea en racimos.

Un día, de repente, a Adrián Hueso empezó a molestarle la luz. Sin más, le incomodaba la claridad, el ojo le lagrimeaba, se enrojecía y comenzaba un intensísimo dolor en la zona que lo invalidaba completamente. Tenía 10 años. “A lo mejor estaba viendo una película o estaba en el sofá con la persiana abierta y teníamos que cerrarla porque la luz me molestaba. Recuerdo que me ponía a llorar, hasta gritaba y el dolor me despertaba por la noche”, relata el chaval, que ahora tiene 12 años. Adrián y su familia vagaron durante meses por la red sanitaria, con ingresos y visitas a varios especialistas, hasta que lograron un diagnóstico certero: cefalea en racimos, un cuadro clínico poco frecuente que, sin el tratamiento adecuado, puede llegar a ser muy limitante.

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Adrián Hueso y sus padres, Marisa Ramos y Antonio Hueso, acuden a la consulta con la neuróloga Patricia Pozo, en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Patricia Pozo, jefa de sección de Neurología y directora del Migraine Adaptive Brain Center del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.