En algún momento de lo que queda del siglo, el sistema de producción de alimentos reventará. Su eslabón más crítico es la carne, en particular la de vacuno. Su producción se ha doblado en sesenta años, según datos de la FAO. El 80% de la tierra agraria es para las vacas, cerdos o pollos, ya sea en forma de pastos o para cultivar el grano con el que alimentarlos. La agricultura es responsable de un tercio de las emisiones que están tras el cambio climático, siendo de nuevo el ganado bovino el principal emisor. Todo este escenario se verá sobrepasado por el aumento de la población mundial y la mejora del nivel de vida y, por tanto, de la dieta. O se deja de consumir tanta carne o se buscan otras fuentes de proteínas animales. La ciencia está señalando ya varias alternativas: insectos, carne de laboratorio o nutrientes de origen microbiano. Distintos modelos indican que son tan o más amigables con el planeta que las dietas vegetarianas.