Un equipo internacional acaba de detectar, usando el telescopio espacial James Webb, la presencia de dióxido de carbono y metano en el exoplaneta K2-18 b, un mundo a 120 años luz de nosotros de los que abundan por la galaxia, pero que no tenemos en nuestro sistema solar: con más masa que la Tierra pero menos que Neptuno. Estos planetas tienen el potencial de poseer una atmósfera rica en hidrógeno y una superficie cubierta de océanos de agua, y por eso se han denominado hiceánicos (acrónimo de hidrógeno y océano). Pero como no tenemos nada cercano con lo que compararlos, no los conocemos bien y tampoco tenemos la certeza de que puedan albergar vida.