Un géiser en Encélado ‘dispara’ agua al espacio a 10.000 kilómetros de altura

En el año 2005, la nave Cassini , de la NASA, descubrió en el polo sur de Encélado, una de las mayores lunas de Saturno, una serie de géiseres de vapor de agua surgiendo de grietas de su superficie helada. Poco después, la misma sonda aportó pruebas de la existencia, bajo esa cubierta de hielo, de un océano subterráneo y global de agua salada y una profundidad media de más de 10 kilómetros. La NASA se las ingenió después para hacer que la Cassini sobrevolara esos géiseres, los atravesara y analizara su composición. Fue toda una sorpresa, ya que junto a evidencia de minerales disueltos en el agua, lo que demuestra la interacción del agua con las rocas del fondo, los científicos hallaron varios tipos de moléculas orgánicas e indicios de que en el fondo de esos mares, como en los de la Tierra, podrían existir chimeneas hidrotermales. Es decir, lugares favorables para la vida. A 10.000 km de altura Ahora, en un hallazgo más que notable, investigadores del equipo del telescopio Espacial James Webb han conseguido observar, gracias al poder inigualable de sus instrumentos, un imponente géiser que se dispara hasta una altura de casi 10.000 km sobre la superficie de la enigmática luna de Saturno, una distancia superior a la que hay entre Madrid y Los Angeles. El hallazgo, publicado recientemente en Nature Astronomy , se ha considerado tan importante que se ha decidido asignar más tiempo de investigación a los autores durante el próximo ciclo de actividad del telescopio para que puedan estudiar a fondo el nuevo géiser y traten de comprender mejor la habitabilidad de este prometedor satélite de Saturno. «Encélado es uno de los objetos más dinámicos del Sistema Solar y un objetivo principal en la búsqueda de vida por parte de la humanidad más allá de la Tierra -afirma Christopher Glein, coautor del estudio y un destacado experto en oceanografía extraterrestre-. En los años transcurridos desde que la nave espacial Cassini de la NASA miró por primera vez a Encelado, nunca dejamos de sorprendernos por lo que encontramos que está sucediendo en esta luna extraordinaria». «Al principio, al ver los datos -dice por su parte Geronimo Villanueva, del Centro de Vuelos Espaciales Goddard y autor principal del artículo- pensaba que tenía que estar equivocado. Fue muy impactante mapear una columna de vapor con más de 20 veces el diámetro de la luna. El penacho se extiende mucho más allá de lo que podríamos haber imaginado». Regando Saturno y sus anillos La extraordinaria sensibilidad del Webb ha permitido elaborar un nuevo relato sobre Encélado y la forma en que suministra agua a todo el sistema de Saturno y sus anillos. De hecho, mientras gira alrededor del gigante anillado, una vez cada 33 horas, Encélado va dejando tras de sí un rastro de agua, un halo que acaba teniendo la forma de una rosquilla y que se extiende por el anillo E de Saturno. Los datos del telescopio indican que aproximadamente el 30% del agua permanece en la estela de la luna, mientras que el restante 70% escapa para abastecer al resto del sistema del planeta gigante. Todo un sistema de riego planetario. «Por primera vez – afirma Silvia Protopapa, experta en analizar la composición de los cuerpos helados y coautora de la investigación- las observaciones del Webb ilustran visualmente cómo las columnas de vapor de agua de la luna están desempeñando un papel en la formación del anillo». Animado por este increíble hallazgo tras un primer y simple vistazo del Webb a Encelado, Glein liderará el mismo equipo que volverá a observar Encélado el próximo año con el telescopio. Y esta vez durante mucho más tiempo. MÁS INFORMACIÓN noticia Si Gerónimo Villanueva, científico de la NASA: «Tendremos hora y media para saber por qué Venus se convirtió en un infierno» noticia Si Regreso a Venus en busca de la vida en las nubes «Buscaremos indicadores específicos de habitabilidad -afirma el investigador-, como firmas orgánicas y peróxido de hidrógeno, particularmente interesante porque puede proporcionar fuentes de energía metabólica mucho más potentes que las que identificamos anteriormente. Cassini no nos dio una respuesta clara sobre la disponibilidad de oxidantes tan fuertes en Encélado». Puede que la próxima tanda de observaciones, hasta diez veces más precisas que las anteriores, nos brinde una oportunidad mejor para buscar indicadores de habitabilidad en la superficie de Encélado. Al mismo tiempo, observar cómo la densidad del géiser varía con el tiempo también será importante para planificar futuras misiones científicas. Lo mejor, opinan los científicos, está aún por llegar.