La piel es el órgano más grande del ser humano y la carta de presentación de cualquiera, lo primero que se ve de una persona. Ya sea por salud o estética, la población le presta atención y cada vez está más concienciada sobre su cuidado, asegura Yolanda Gilaberte (Huesca, 57 años), presidenta de la Academia Española de Dermatología y Venereología. Y aunque ese interés ciudadano sea por el motivo inicialmente estético, el resultado puede también impactar en postivo en la salud. “Es difícil tener una piel bonita sin que esté sana”, defiende la especialista, que atiende a EL PAÍS entre ponencia y ponencia, en un parón del Congreso Nacional de Dermatología que se celebra esta semana en Santiago de Compostela. Gilaberte matiza, eso sí, que anteponer la belleza a la salud de la piel, “es un error” y pide desterrar, por ejemplo, la costumbre del bronceado.