Sorpresa y consternación entre los científicos por el cese de Rosa Menéndez de la presidencia del CSIC

Consternación y sorpresa dentro de la comunidad científica española tras la inesperada destitución de Rosa Menéndez como presidenta de la Agencia Estatal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tras casi cinco años en el cargo. El Ministerio de Ciencia e Innovación anunciaba este martes que el Consejo de Ministros había aprobado su cese, nombrando en su lugar a Eloísa del Pino Matute, un perfil mucho más político que el de su predecesora.

De hecho, las principales quejas se centran en la formación de Del Pino, que aunque es investigadora del CSIC y Doctora en Ciencia Política, hasta ahora ocupaba el cargo de Subdirectora de Análisis Institucional en la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), un puesto de gestión y control. Tampoco se trata de un perfil que encaje con el histórico de presidentes del CSIC: desde la Transición, todos los dirigentes han tenido una amplia trayectoria en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) salvo uno, Alejandro Nieto García, catedrático en Derecho nombrado en la época del Gobierno de Unión de Centro Democrático (UCD). Matemáticos, Físicos o Químicos, como la propia Menéndez, han sido la tónica general en la presidencia del organismo.

Del Pino ha estado centrada sobre todo en cargos políticos, como la dirección del Gabinete del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, primero con la exministra Carmen Montón y después durante la época de María Luisa Carcedo. Anteriormente había dirigido el Observatorio de Calidad de los Servicios en la Agencia de Evaluación de Políticas y Calidad de los Servicios (AEVAL, Ministerio de Política Territorial, 2009-11); si bien es profesora de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad rey Juan Carlos y en la Universidad Autónoma de Madrid.

«Nos ha pillado de improviso»
Nada parecía hacer presagiar la destitución el pasado viernes, cuando la ministra Diana Morant acudió al II Encuentro del CSIC, en el que se reunieron cerca de 1.200 trabajadores procedentes de 120 centros diferentes para debatir acerca de los retos presentes y futuros del organismo. En la ceremonia, la apertura estuvo a cargo de la propia Rosa Menéndez, mientras que del cierre del acto se encargó la ministra de Ciencia e Innovación. En ese momento, pocos sabían de los cambios que se iban a producir en apenas unos días.

Las redes sociales han sido el altavoz de la aflicción de muchos investigadores, que sobre todo alaban la gestión de Menéndez al frente del CSIC, si bien muchos también cuestionan la preparación de la nueva presidenta del organismo público. «Cambiamos una politóloga por una química» o «¿Por qué y para qué hacen esto?» son algunos de los mensajes que retratan el sentir general de los investigadores.

«Nos ha pillado de improviso y no sabemos las razones tras el esfuerzo exigido al CSIC con la integración de los centros nacionales y la gestión de los fondos Next Generation», explican a ABC fuentes de CC.OO. «Sí sabemos que estamos en un momento crucial con muchas cuestiones pendientes: la estabilización, el contrato de gestión, los nuevos contratos indefinido, el Plan Estratégico o el uso eficiente de los ingentes recursos que hemos conseguido, esto es el futuro del CSIC y es lo que está en juego», inciden.

Quien sí ha demostrado su alegría con el nombramiento es su anterior jefa, la exministra Carcedo, quien felicitaba a su «amiga» y se congratulaba de que la ciencia y la investigación «están en buenas manos». <blockquote class="»twitter-tweet»"><p lang="»es»" dir="»ltr»">Eloísa del Pino sustituye a Rosa Menéndez tras su cese al frente del CSIC: Enhorabuena amiga! La ciencia y la investigación en buenas manos.</p>&mdash; Luisa Carcedo (@luisacarcedo) <a href="/en/»https://twitter.com/luisacarcedo/status/1539256647662575617/?ref_src=twsrc^tfw»">June 21, 2022</a></blockquote> <script async src="»https://platform.twitter.com/widgets.js»" charset="»utf-8″"></script>

«Acomoter reformas necesarias»
Según explicaba el Gobierno, el objetivo de este cambio es «reforzar el papel del Consejo como un instrumento eficaz de política científica y acometer las reformas necesarias de manera inmediata para fortalecer el sistema público de ciencia», centrándose en tres ámbitos: «mejora de las condiciones laborales, menos cargas burocráticas y administrativas y actualizar las estructuras organizativas y de gobernanza».

De hecho, grandes retos le esperan a Del Pino en un futuro próximo, ya que, por ejemplo, las enmiendas a la Ley de Ciencia -que afecta directamente a los investigadores del CSIC-, se votarán este mismo jueves en el Congreso de los Diputados, con movilizaciones de sindicatos y organismos científicos anunciadas a las puertas del hemiciclo desde primera hora de la mañana. «El trabajo que le espera al nuevo equipo no es baladí y deseamos que se realice con el mejor acierto posible», señalan desde CC.OO.