Hace unos años se celebró en París una de las innumerables reuniones generadas por el Brexit. En esta participábamos un estadounidense, tres británicos, tres franceses y dos españoles. El asunto a tratar entonces es irrelevante ahora, para lo que se desea proponer en lo que sigue. En aquel momento, me sorprendió sobremanera la propuesta previa de los representantes franceses: ellos iban a llevar intérpretes profesionales inglés-francés y nos proponían a los españoles que nos uniéramos a ellos en ese sentido. Yo conocía a los tres franceses y sabía que dominaban el inglés.