La gente que defiende que las vacunas no sirven para nada, el cambio climático no existe o la Tierra es plana se ha convertido en poco más que una anécdota, pero aún hay quien se aferra al disparate, especialmente los que están convencidos de que la humanidad nunca llegó a la Luna. La Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología 2022 , presentada este martes por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) , apunta que el negacionismo es un fenómeno residual en España, hasta el punto de que menos del 10% de la población niega o cuestiona la evidencia científica. Con todo, todavía nos perdemos en algunas cuestiones. Algunas pueden justificarse por su innovación, otras ya deberíamos tenerlas bien aprendidas: un 20% teme sufrir cambios en su ADN si come una fruta modificada genéticamente ; y más del 30% afirma que la humanidad convivió con los dinosaurios. Por fortuna, el informe percibe un aumento del interés por la ciencia y la tecnología, algo que sus autores atribuyen a los efectos de la pandemia del Covid-19. La encuesta bianual, llevada a cabo con una muestra de más de 6.000 personas de todo el territorio nacional, es la única de estas características que se realiza en España. En su décimo primera edición, «hay datos para el optimismo, el porcentaje de personas que se declaran interesadas por la ciencia ha crecido», ha señalado Inma Aguilar, directora general de la FECYT, en la presentación de los resultados. Noticia Relacionada reportaje Si La era de la ciencia tranquila: por qué no aparece un nuevo Einstein Judith de Jorge A los científicos les cuesta cada vez más desafiar lo establecido, según el análisis de 50 millones de investigaciones y patentes en seis décadas. Los grandes equipos, la obsesión por publicar y la propia acumulación de éxitos pueden estar pasando factura El 47,2% de los encuestados se declara interesado en estos asuntos, en especial en alimentación y consumo, medicina y salud o medio ambiente y ecología. El incremento ha sido más significativo entre las mujeres y las personas mayores de 64 años. De forma paralela, también ha aumentado de forma importante la participación de la población en actividades relacionada con la ciencia, como visitar museos o asistir a actividades de divulgación. Además, más del 60% consideran que «los beneficios de la ciencia y la tecnología son mayores que los perjuicios», especialmente los hombres de 35 a 54 años, las personas con mayor nivel formativo y las que pertenecen a hogares con ingresos superiores a la media. Esos beneficios los aprecian, sobre todo, para «hacer frente a las enfermedades y epidemias» y mejorar «la calidad de vida en la sociedad». En este sentido, los encuestados ven con buenos ojos aplicaciones como los aerogeneradores y la inteligencia artificial, dudan más de la experimentación con animales para fines médicos y hay un mayor rechazo a la energía nuclear, el cultivo de plantas modificadas genéticamente o el fracking. El personal científico vuelve a tener un importante reconocimiento por parte de la ciudadanía, con una valoración media de 4,2 en una escala de 1-5, tan solo superado por los médicos (4,57) y los profesores (4,31). Amoxicilina para una gripe Aunque la encuesta muestra una «buena alfabetización científica» de los españoles, todavía hay quien se cuestiona lo más básico. Algo más del 10% no sabe que la Tierra gira alrededor del Sol; el 18% cree que comer una fruta modificada genéticamente cambia los genes; el 20% dice que los humanos convivieron con los dinosaurios y el 26% no identifica correctamente el origen del cambio climático. Son más (cerca del 33%) los que, pese a todas las campañas de información realizadas al respecto, todavía utilizarían un antibiótico para curar una infección vírica. Y el 72% no sabe identificar las aplicaciones prácticas del número pi (28%), por ejemplo para la fabricación de neumáticos. En total, un 15,3% respondió correctamente a las seis preguntas y un 73% respondió correctamente a cuatro o cinco. Porcentajes muy similares a ediciones anteriores. «La percepción (de la ciencia) es más positiva que hace dos años, lo que tiene que ver con los grandes retos sociales que vivimos: acabar con enfermedades y epidemias, el medio ambiente… Algo en lo que también se nota mucho haber pasado por una pandemia es que ahora conocemos mejor para qué sirven los antibióticos y ya no se pide amoxicilina para atacar los virus gripales, eso ha sido un gran cambio», concluye Celia Díaz Catalán, socióloga y profesora de la Universidad Complutense de Madrid y codirectora científica de la encuesta. Negacionismo El negacionismo sobre cuestiones científicas es un factor residual, situándose en niveles por debajo del 10%, teniendo en cuenta a aquellos que niegan completamente o cuestionan la evidencia científica. Curiosamente, la única excepción la constituiría la afirmación «El hombre no ha llegado nunca a la Luna», con la que estarían de acuerdo el 17,6% de la encuestados. «Las personas con mentalidad negacionista creen que los investigadores no miran por el interés común, o que un día dicen una cosa y otro día dicen otra», afirma Díaz Catalán. «Creen que la información que reciben es falsa o incomprensible, y confían menos en las instituciones científicas, los gobiernos y las administraciones públicas», añade. Respecto al cambio climático, la mitad de la población encuestada piensa que es un problema muy grave, aunque el porcentaje cae prácticamente diez puntos desde la edición de 2020 (60,2%). Tan solo el 5,8% cree que este fenómeno depende exclusivamente de procesos naturales y el 64,9% considera la acción humana determinante en el cambio climático. Informarse por internet Para informarse sobre ciencia, Internet se convierte en el medio más utilizado (71,2%), seguido de la televisión (64,7%), la radio, los libros, las revistas de divulgación científica o técnica y la prensa escrita en papel. De entre las personas que prefieren informarse a través de internet, aumenta el visionado de vídeos y disminuye la importancia de las redes sociales, ambos canales fundamentales para los más jóvenes. Los medios digitales generalistas son los preferidos de los hombres de 55 a 64 años y a medida que se incrementa el nivel formativo. Las mujeres mayores de 64 años son las que perciben la información científica como menos comprensible. «En internet encontramos medios con filtro periodístico, webs de centros de investigación y universidades, asociaciones de pacientes… pero también terraplanistas, lectores de chakras, empresas que quieren vender productos para cualquier cosa… Lo más importante es que sepamos discriminar las fuentes que tienen interés de las que no», indica Gema Revuelta, directora del Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad (UPF). En esta edición, se ha observado un cambio en la manera que la población busca información sobre temas de salud. Cae el uso de internet y las redes sociales, y la ciudadanía recurre más al personal farmacéutico y a familiares y amigos. En líneas generales se muestra un alto nivel de confianza en las vacunas. Ocho de cada diez personas creen que «son necesarias para proteger la salud de las personas». Nuevas tecnologías Una de cada cinco personas no se siente capacitada para aprovechar las oportunidades de las nuevas tecnologías. Crece el número de personas que considera la inteligencia artificial un alto riesgo de poder ser manipulados con nuestros propios datos (70,4%), aunque más de un tercio se muestra convencido de las posibilidades de la IA en la mejora de los servicios públicos. Además, tres de cada cuatro entrevistados están de acuerdo con financiar con dinero público la investigación científica, aunque no aporte beneficios inmediatos, ya que hace avanzar el conocimiento. Igualmente, la ciudadanía reclama una mayor inversión en ciencia y tecnología por parte de todos los niveles de la Administración Pública y las empresas privadas. Eso sí, el porcentaje de ciudadanos que han participado en acciones de ciencia es bastante bajo. Por ejemplo, el 28% ha ido a manifestaciones o firmado peticiones de temas relacionados con la ciencia, pero solo el 10% asiste a reuniones o debates públicos sobre tecnología y, en el caso de la participación en actividades de organizaciones no gubernamentales, el porcentaje es de tan solo el 8%. MÁS INFORMACIÓN noticia No Hallan en la Luna una reserva ‘fantasma’ de agua de 270.000 millones de toneladas noticia No Sorpresa: Urano también podría tener lunas oceánicas La cuestión es, como citaban en la presentación del trabajo, que para los españoles la imagen de la ciencia sea algo más allá a lo que respondió un encuestado: «El de los pelos locos de la Covid».