Fósiles de escarabajos hallados en Teruel muestran que se alimentaban de las plumas de los dinosaurios

Fósiles de escarabajos atrapados en ámbar hallados en la localidad de San Just (Teruel) han revelado que estos insectos se alimentaban de las plumas de los dinosaurios hace unos 105 millones de años. El hallazgo, publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, muestra una relación simbiótica de beneficio mutuo o unilateral entre las dos especies. Los principales fragmentos de ámbar estudiados contienen mudas de pequeñas larvas de escarabajo estrechamente rodeadas por porciones de plumón. Las plumas pertenecían a un dinosaurio terópodo desconocido que vivió en el Cretácico Inferior. Los autores señalan que las plumas estudiadas no pertenecían a las aves modernas ya que el grupo apareció unos 30 millones de años más tarde en el registro fósil, durante el Cretácico superior. Al observar los ecosistemas modernos, vemos cómo las garrapatas infestan al ganado, las ranas capturan insectos con lenguas acrobáticas o algunos percebes crecen en la piel de las ballenas. Estas son solo algunas de las diversas y complejas relaciones ecológicas entre vertebrados y artrópodos, que coexisten desde hace más de 500 millones de años. Se cree que la forma en que estos dos grupos han interactuado a lo largo del tiempo ha dado forma crítica a su historia evolutiva, lo que lleva a la coevolución. Sin embargo, muy rara vez se hallan evidencias de estas relaciones en el registro fósil. Noticia Relacionada estandar No ‘Jurassic Park’ se vuelve a equivocar: el tiranosaurio rex tenía labios y no se le veían los dientes Judith de Jorge El hallazgo contradice más de un siglo de representaciones científicas y populares Plagas Las mudas de larvas conservadas en el ámbar se identificaron como relacionadas con los escarabajos de la piel modernos. Estos escarabajos, denominados derméstidos, suelen ser plagas de productos almacenados o de colecciones de museos, que se alimentan de materiales orgánicos que son difíciles de descomponer para otros organismos, como las fibras naturales. Sin embargo, también juegan un papel clave en el reciclaje de materia orgánica en el medio natural, habitando nidos de aves o de mamíferos, donde se acumulan plumas, pelo o piel. «En nuestras muestras, algunas de las porciones de plumas y otros restos, incluidas heces fósiles diminutas o coprolitos, están en contacto íntimo con las mudas atribuidas a los derméstidos y muestran daños o signos de descomposición. Esta es una evidencia contundente de que los escarabajos fósiles casi con seguridad se alimentaban de las plumas y que estas se desprendieron de su huésped», explica Enrique Peñalver, del Instituto Geológico y Minero de España (CN IGME-CSIC) y autor principal del estudio. Muda aislada de la larva del escarabajo que se alimenta de plumas encontrada en el afloramiento de ámbar de Rábago/El Soplao, con detalle de sus poderosas mandíbulas. La longitud de la muda es inferior a dos milímetros CN IGME-CSIC «Las larvas del escarabajo vivían −alimentándose, defecando, mudando− en plumas acumuladas sobre o cerca de un árbol productor de resina, probablemente en un nido. Un flujo de resina capturó por casualidad esa asociación y la conservó durante millones de años», dice. También se estudiaron tres piezas de ámbar adicionales, cada una de las cuales contenía una muda de escarabajo aislada de una etapa de madurez diferente pero asignada a la misma especie, «lo que permitió una mejor comprensión de estos diminutos insectos de lo que suele ser posible en paleontología», señala David Peris, de la Instituto Botánico de Barcelona (CSIC-Ayuntamiento de Barcelona) y coautor del estudio. El espécimen completo más impresionante se encontró en el depósito de ámbar de Rábago/El Soplao en Cantabria, aproximadamente de la misma antigüedad que San Just. MÁS INFORMACIÓN noticia No Cancelado el primer intento de vuelo del cohete Starship por una válvula congelada noticia Si Los científicos, preocupados tras detectar una ‘fuga’ de líquido en el fondo del mar Lo que los investigadores aún no tienen claro es si el huésped terópodo emplumado también se benefició de que las larvas del escarabajo se alimentaran de sus plumas. Para Ricardo Pérez-de la Fuente, del Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford y coautor principal del estudio, «lo más probable es que el terópodo no sufriera daños por la actividad de las larvas, ya que nuestros datos muestran que estas no se alimentaban del plumaje vivo y carecían de estructuras defensivas que, entre los derméstidos modernos, pueden irritar la piel de los anfitriones del nido, e incluso matarlos».