A los humanos les faltan 10.032 piezas de ADN en regiones del genoma que sí tienen el resto de mamíferos, incluidos sus parientes más cercanos, los homínidos. La eliminación de esta información genética habría sucedido en el curso de la evolución de la especie. Buena parte de estos elementos desaparecidos estarían relacionados, según los científicos que las han detectado, con la regulación del sistema neurológico y la cognición. Este es uno de los muchos resultados de un ambicioso proyecto internacional que ha comparado los genomas de 240 especies de mamíferos placentarios, desde musarañas a ballenas, pasando por el ser humano.
El triunfo de los mamíferos
Hace unos 180 millones de años aparecieron sobre la Tierra los primeros mamíferos. Durante muchos, muchos años, no ocuparon un papel relevante oscurecidos por los grandes dominadores de entonces, los pterosaurios y dinosaurios. Son muchos millones de evolución, también a nivel genético, y muchas las especies de mamíferos, 6.500 vivientes y muchísimas más ya extinguidas.
Dos grandes cataclismos auparon a los mamíferos por encima de todos los demás seres vivos. Primero, la separación completa de Pangea, la enorme masa de tierra que dio lugar a los actuales continentes hace unos 100 millones de años. La divergencia aisló a mucas poblaciones que empezaron a diversificarse y ocupar nuevos espacios y nichos. Pero el empuje definitivo lo dio el impacto del cuerpo celeste sobre el planeta hace unos 66 millones de años. Al tiempo que acabó con los dinosaurios no aviarios y pterosaurios, espoleó la gran explosión de los mamíferos. Ambos eventos aparecen marcados en el genoma de los mamíferos.
A pesar de tanta divergencia, los mamíferos comparten estructuras anatómicas, como el corazón de cuatro cámaras, los pulmones, el esqueleto o las glándulas mamarias. También comparten procesos fundamentales: embriología, crecimiento y división celular o las sinapsis que transmiten sustancias químicas neurológicas a través de cuerpo y cerebro. Todo esto está grabado en regiones genéticas altamente conservadas. Y si cambian, puede ser señal de que algo no va bien.
Uno de los objetivos del Proyecto Zoonomía es ampliar el foco de la salud humana y animal. En su lucha contra las enfermedades humanas, ya no basta con comparar entre sanos y enfermos. Tampoco basta con el estudio de los animales modelo, como ratones o monos. La explicación o solución a muchas enfermedades puede estar en el genoma de alguna de aquellas 6.500 especies de mamíferos.