¿Por qué huele tan mal el sudor de la axila?

Se dice que los animales poiquilotermos son aquellos que no disponen de mecanismos químicos para regular su temperatura corporal. Un ejemplo son los reptiles, que necesitan del sol para conseguir la temperatura necesaria para que su metabolismo funcione correctamente. En el otro extremo están los denominados homeotermos, que mantienen su temperatura corporal dentro de unos límites, en independencia de la temperatura ambiental. En este grupo nos encontramos los seres humanos. Entre los diferentes mecanismos que dispone el Homo sapiens para realizar esta función se encuentra la sudoración, con la que nos refrescamos cuando hay un exceso de calor. Para ello la naturaleza nos ha dotado de más de 2,5 millones de glándulas sudoríparas, divididas en dos tipos: ecrinas y apocrinas. Las glándulas ecrinas se sitúan mayoritariamente en las palmas de las manos y en las plantas de los pies, mientras que las apocrinas se localizan en axilas, pubis, perineo y pliegues de los pechos, fundamentalmente. Los cerdos sudan, pero poco Uno de nuestros superpoderes es, sin duda, el sudor. Somos el mamífero que más suda: nos refrigeramos evaporando 1.000 gramos de líquido corporal por hora y metro cuadrado de superficie corporal. Se podría decir que somos un aire acondicionado viviente. Y es que a pesar de que utilizamos la expresión «sudar como un cerdo» estos animales apenas liberan 30 gramos de líquido corporal por cada metro cuadrado de su anatomía. Parece ser que el origen de la expresión es anglosajón, se trata de una traducción literal de «sweating like a pig», pero el cerdo al que se refieren no es al animal, sino al «pig iron», lo que conocemos en español como arrabio, el producto resultante de la fundición del hierro en un alto horno. Los ingleses le dieron el nombre de «pig iron» porque cuando era convertido en hierro líquido se pasaba a unos moldes que recordaba a las mamas de una cerda, y cuando estaba lo suficientemente frío se creaba una capa de rocío –sudor- sobre la placa, el llamado «sweat pig». El sudor no huele El sudor es un líquido claro y salado que está compuesto en un 99% por agua, el resto son desechos del metabolismo, sodio, cloro, potasio y urea. En definitiva, el sudor no huele a nada, a pesar de que no tendríamos problema en describir el olor del sudor de las axilas como rancio, agrio, húmedo y amargo. Lo que provoca el mal olor del sudor, lo que en términos científicos se llama bromhidrosis, es la microbiota, la flora endógena de la piel, la cual es diferente según la zona de la piel que queramos estudiar. Es precisamente esta peculiaridad la que explica que el olor corporal no sea igual en toda nuestra anatomía. Además, las bacterias que habitan nuestra piel cambian con la edad, por ese motivo nuestro olor corporal no es igual durante la niñez que en la vejez. Sabemos que en nuestras axilas habitan diferentes géneros de bacterias, entre las que destacan los Staphylococcus, Cutibacterium y Corynebacterium. Todas ellas son capaces de fermentar el glicerol y el ácido láctico en ácidos grasos volátiles de cadena corta (C2-C5) que son las moléculas causantes del mal olor axilar. MÁS INFORMACIÓN noticia No ‘Campeón’, un nuevo dinosaurio del tamaño de un autobús urbano, descubierto en Castellón noticia Si El negocio millonario de los monos de laboratorio Además, los Staphylococcus son capaces de convertir los aminoácidos alifáticos ramificados, como es la leucina, en ácidos grasos volátiles ramificados con metilo de cadena corta (isovalérico), que son los responsables de ese ‘punto ácido’ y característico del olor de nuestras axilas. SOBRE EL AUTOR Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación.