Cursos, másteres, conferencias, reuniones sociales o de trabajo y otras actividades lúdicas o de formación se han prodigado en los últimos años encontrado en ese tipo de comunicación, no solo un modo de evitar los contagios del virus, sino también un ahorro de tiempo y un acceso a audiencias numerosas, locales y lejanas, cuando no un incremento en beneficios económicos.