El núcleo de la Tierra —una esfera de hierro casi puro a más de 5.000 kilómetros de profundidad que está más caliente que la superficie del Sol— se ha frenado y es posible que esté girando en sentido contrario a la superficie del planeta, según un estudio publicado este lunes en Nature Geoscience. Este parón puede tener efectos globales, como acortar los días en unas fracciones de segundo e influir en el clima y el nivel del mar.