Las máquinas que corrigieron a Einstein

By 06/09/2020 #!30Mon, 07 Sep 2020 17:56:13 +0000Z1330#30Mon, 07 Sep 2020 17:56:13 +0000Z-5+00:003030+00:00x30 07pm30pm-30Mon, 07 Sep 2020 17:56:13 +0000Z5+00:003030+00:00x302020Mon, 07 Sep 2020 17:56:13 +0000565569pmMonday=97#!30Mon, 07 Sep 2020 17:56:13 +0000Z+00:009#September 7th, 2020#!30Mon, 07 Sep 2020 17:56:13 +0000Z1330#/30Mon, 07 Sep 2020 17:56:13 +0000Z-5+00:003030+00:00x30#!30Mon, 07 Sep 2020 17:56:13 +0000Z+00:009# Portal

En 1916, un físico que le había estado robando horas a su trabajo en una oficina de patentes para hacer experimentos imaginarios y elaborar una teoría sobre el comportamiento del universo tuvo por primera la vez la idea de la existencia de las ondas gravitacionales. En el cosmos, razonó, hay fenómenos tan violentos que deforman el espacio y el tiempo. Las ondas gravitacionales viajarían a la velocidad de la luz en todas direcciones curvando todo a su paso como ocurre en el agua de un estanque al que han tirado una piedra. Las estrellas, los planetas y todo lo que contienen se moverían como boyas al paso de estas olas. Aquel hombre se llamaba Albert Einstein, padre de la teoría de la relatividad general. Su conclusión sobre este asunto fue que las ondas gravitacionales se producen a distancias tan lejanas que cuando llegan a nuestro planeta son demasiado débiles como para ser captadas por ningún instrumento de fabricación humana. Nadie, pensó, conseguiría demostrar su existencia. En eso fue en lo único que se equivocó.

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